TRIGO
Mira el
labriego al cielo como es su costumbre:
busca entre
las nubes una previsión del tiempo
y fin a su
incertidumbre.
Mira el labriego
al suelo, ve su trigo pequeño:
como de
costumbre.
Nunca la
cosecha gusta ni ha engordado el trigo
ni van a pagar
lo que piensa el labriego que es suficiente.
Casi ya ni importa
y este año haga con el maldito trigo
lo que el
pasado hizo del maíz:
comida para
cuervos en campo abierto.
No lo
recogió pues con la subvención que llueve de Europa
aunque siempre
es poca tiene ya bastante.
¿A cuánto
sale el kilo de trigo?, no me lo pregunten.
Tampoco al
labriego que él no hace esas cuentas.
Ni a los
señores esos de Bruselas que ellos no lo ven:
ni labriego
ni trigo.
Nada de
esto importa que con el dinero sólo riegan votos.
Como es la costumbre.
© CHRISTOPHE CARO
ALCALDE
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