IN-HUMACIÓN IN-CONVENIENTE
Caprichos tiene el
destino, que tuerce lo enderezado y estira lo retorcido.
A ti te trató mal la
vida, pero la historia te está mimando.
Llevando diez lustros
muerto no es un mal epitafio.
Valer no valías gran
cosa, que eras hombre mediano.
Y no me refiero al
tamaño; o también, vamos a ser sinceros.
Que por una vez no hará
daño.
Tu obra tampoco fue
nada nuevo, tan solo siguió el camino
de otros con más talento.
A la vida disoluta te
entregaste:
amantes por ambos
lados, escándalos por cuatro costados.
Los que te trajeron la
fama, que luego se habló del trabajo.
Ese que decías crear,
entre apaño y apaño.
De haberte sido larga la
vida, de hambre y olvido
hubieras acabado los días.
Tuviste suerte: te
mataron.
Desapareció en alguna
cuneta el mediocre que llevabas dentro,
para renacer en colectiva
memoria un genio.
Ese que nunca fuiste
pero qué son los recuerdos sino la reconstrucción
de unos hechos en su
mayoría no ciertos.
Tuviste suerte te
mataron.
Y aún hoy te siguen buscando.
En libros películas seminarios
cursos teatros,
pesados tu nombre implorando.
Reza lo que como ateo sepas
para que nadie te encuentre.
No vaya a ser que en lugar
de valiente y orgulloso en pie,
al fascismo gritando enfrentado,
de rodillas te encuentren
en actitud sumisa implorando llorando,
y con una cruz en las manos,
bien enterrado.
© CHRISTOPHE CARO
ALCALDE
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