domingo, 12 de julio de 2009

3ª PÁGINA DE MI NOVELA "EL AMOR ES ROJO PASIÓN". Disponible en www.bubok.com




“EL ÁRBOL.”


Augusto se miró las manos, y su color, parecido al carmín sólido que en ocasiones utilizaba en su paleta, le trajo a la memoria el de las cerezas. Especialmente aquellas con una piel más oscura, gruesas, carnosas, que nunca supo de qué clase eran pero que, con seguridad, alguna tenían pues hacía tiempo que se había resignado al hecho irrefutable de que, para todo, había clases.
Fue por las cerezas que la conoció. A él le encantaban; por eso, de vez en cuando se permitía alguna licencia y, o bien las compraba por cajas en el mercado o, mejor aún: asaltaba algún árbol del camino y se daba uno de esos atracones como solía hacer cuando era niño. Le gustaba comer y comer, dudando en su glotonería de si tragar o no los huesos. Sin importarle en absoluto la más que probable indigestión que venía después.
Por eso estaba subido en aquel árbol, aunque veintiocho años no se puede decir que sea una edad muy apropiada para ir subiéndose a los árboles ajenos. Agilidad y respeto a la propiedad, preferiblemente por este orden, aconsejaban lo contrario, pero... tenían un color, ese color, ¡tan llamativo y tentador!; que era difícil sustraerse al festín de devorarlas.
Sin embargo, esta vez el árbol le devolvió la agresión y en cuanto Augusto confió en una rama de las que aquél se pudo desprender, la sacrificó y al romperse arrastró con ella al intruso. Cinco metros de caída, no libre sino acompañado de una preciosa rama cargada de cerezas, que dieron con los huesos de Augusto y de la fruta en el duro y reseco suelo de un barbecho en agosto.
Tonta fue la caída pero no por ello falta de consecuencias: rotura de cúbito y radio y, aunque en ese momento no lo sabía, ya sentía el dolor agudo trepándole por el brazo.
Así que allí estaba él, entre ayes y resoplidos, creyéndose solo en medio de un campo que sí era de alguien, dolorido, torpe y enfadado, cuando ella apareció distraída y oportuna entre las zarzamoras que casi cerraban el camino.

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