O EN COMPAÑÍA DE OTROS
¿Y no te cansas ya de
tanta lucha diaria?
En la batalla contra el
grueso ejército de los acontecimientos,
hasta las cejas armado
de adversidad y circunstancias complejas,
todas las vas
superando.
No será por ganas sí
por obligación:
la condena perpetua de
que debes seguir avanzando.
Nadie sabe por que. O
sí.
¿De verdad puedes
seguir avanzando?
Será que no hemos visto
encontrado inventado un sistema superior.
No sé si más elevado.
Nos conformamos con lo
menos malo,
para ir malviviendo,
ante la inmensa duda de
que tal vez no haya nada mejor
por conocer. Más vale
pájaro volando:
al menos hay uno libre.
Dejémoslo en paz.
Ah no, que era el revés,
aunque no habrá paz para
el pájaro en mano.
Y aquí estamos en la
trampa de esta realidad que nos produce náuseas.
Estrangulados con los
retortijones de que ¡tienes que seguir avanzando!
Vomitando rabia
desesperación descontento apatía tristeza abatimiento.
Sacudiéndonos la
soledad que nos persigue. Que no nos deja solos,
¡por una vez!
Todos a una todos
juntos todos solos. Y nuestras cadenas:
sólo éstas nos
acompañan. No hay fidelidad que las supere.
Sin saber dónde vamos,
recordar lo pasado no queremos:
delata de dónde venimos,
a quienes no deseamos decirlo.
¡Oculta tu origen,
bastardo!
No nos preguntamos para
qué, por que hacemos lo que hacemos.
Qué nos motiva qué nos
desgana quién nos obliga.
Todo da igual es una
corriente es una maraña es una telaraña.
De imposiciones. De gente.
De confusiones.
¿De verdad, hay que
seguir avanzando?
© CHRISTOPHE CARO ALCALDE
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