RÍO ABAJO
En algún momento habrá
que poner fin a todo.
Sospecho que ya pasaron
los días de relax y rosas.
No sé si champán no sé
si vino o nada de nada.
Sé que se fue. Que se
fueron nos fuimos.
No alcanzamos el primer
descanso: premio de consolación
al iniciar el camino.
Faltó voluntad energía
colaboración entendimiento.
Faltó lo más esencial: la
auténtica unión que saltara la frontera
del mero pasatiempo.
Estamos aquí, donde
estuvimos desde donde partimos.
Y de aquí no iremos a
ninguna parte.
En solitario aunque a
la par avanzamos. Mirando cada uno a su lado.
A su propio horizonte y
destino. ¡Son tan distintos!
Como lo son las
intenciones y el esfuerzo aplicado en cada proyecto.
Nada es tuyo nada es mío
nada de ambos. Por no nadar
nos ahogamos. Abandonamos.
El remolino inevitable
de esta corriente furiosa nos engulle en su fondo.
En el lecho turbio de
todos los miedos atrapados estamos.
No te salvaré no me
salvarás no nos salvaremos.
Como quisimos ver:
qué otra cosa sino los
engaños del náufrago.
Nada será como soñamos.
¡Nada nada!
Todo todo es inútil.
Ya nos ahogamos.
© CHRISTOPHE CARO ALCALDE
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