lunes, 19 de noviembre de 2012

EL BAILE DE LAS MALDITAS




EL BAILE DE LAS MALDITAS


La argentinita danzante se contonea por la plaza del pueblo
como un espantapájaros en el arrozal de los tramperos:
¡qué hacen todos sino vivir del cuento!
Ella también, la que más.
La que más mentiras dice más bobadas hace.

Le gusta que los hombres la desnuden con los ojos.
Le disgusta que lo hagan con las manos.
Histérica les amenaza, lo suyo es el BSM,
de mujer a hombre.
O de hombre a hombre, que es como ella misma se confiesa.

La argentinita borracha lo es porque desayuna dos botellas diarias
de sus babas. Babas de rabiosa contagiada,
cada vez que las cosas no son como ella quiere.
A media mañana ya se ha metido sobredosis de ego
y después de comer infusiones pesadas de autoestima.

La argentinita ridícula camina descalza por el precipicio tenebroso
de su vida entre juerguistas, fantochas y cretinas.
Se contonea ante la mirada atenta de los hombres.
Así lo cree.
Le ha enviado una ex amiga un par de gafas y un espejo
para que vea cual abejorro errante
la mirada atónita de los hombres, que no los seduce,
y algunas mujeres. Que las avergüenza.
A esas que no están de acuerdo con todo lo que pasa.

La argentinita danzante ridícula borracha buscona
ha decidido quedarse a vivir en el país de los idiotas.

No ha encontrado en el mundo otro sitio mejor
para hacer de la ira su medio de vida.


© CHRISTOPHE CARO ALCALDE


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