NO BRASS IN MY POCKET
Vosotros los que a la
juventud miráis con dos décadas de plazo,
que os quejabais de
infelices debatiendo sobre el desentonado azul del cielo
la velocidad
inapropiada de las nubes
la curvatura de la luz
en el arcoíris de las emociones tristes.
Que os preocupaba el
peso molecular del silbido de un autillo
cómo desgranar el ocio
en unidades más pequeñas
las enfermedades
imbricadas al sobrepeso.
-Cuántas veces
imbricado decir quise. Hoy es mi oportunidad.-
Vosotros que mirabais a
un futuro despejado
y pintabais en él los
nubarrones.
Que hacías vacaciones
de verano y os lamentabais del mal tiempo;
planes de otoño, qué
triste está lloviendo;
manualidades de
invierno, este frío nos deprime;
senderismo en
primavera, ya podían arreglar de la montaña estos caminos.
Habéis hoy vuelto del
paseo adolescente por las nubes,
esas que os parecían
nubarrones,
para encontrar que no
hay forma de encontrar
ni la sombra que dejasteis
al marchar.
¿Seréis tal vez una
generación de perdidos?
¿Quién borró el círculo
rojo que decía usted está aquí,
punto de encuentro para
situaciones de emergencia?
¿Quién hundió el puente
entre un pasado,
hoy nos dicen que no
tenía futuro,
y este futuro que no
estaba planeado?
Creíais que tenías el
futuro asegurado.
Vosotros, que antes decíais
que el de ayer era pan duro
y hoy no sabéis si
tendréis pan para mañana.
¿De verdad sabéis quién
os robó la cartera,
el trabajo, la vida
entera? La que estaba por usar y la gastada.
Pues también ésta
resultó no ser vida verdadera,
dicen ahora no era vuestra
era prestada
y os piden los ladrones
devolverla.
Vosotros a ellos: no
hay ladrón que no tenga sus derechos.
Ni gobierno que le
ampare y le defienda.
Vosotros los de los
lustros sembrando
para cosechar en el
invierno de los días,
descubrís ahora
horrorizados que los carros han arrasado vuestros campos.
¿No sabíais que eran
carros de combate? Alemanes importados.
Tecnología punta
europea.
Punta de lanza clavada
en el costado gangrenado.
Si pensabais que algo
era vuestro hoy no lo es,
pertenece a esos
cualquieras que por ello no han pagado.
En vuestro medio de
vida hoy cuelga un cartel por cese de negocio.
¡Y todavía os preguntáis
quién ha sido el que lo ha puesto!
Que os han vaciado las
cuentas la hucha los bolsillos.
Las esperanzas las
ilusiones los sueños.
Miráis hoy a ese
horizonte donde ayer pintabais los nubarrones
y pensáis que quizás aquel
era un azul hermoso.
Porque hoy el gris
marengo os lo ha teñido todo.
Y no parece que haya
forma de arrancarle ese color de la amargura.
Vosotros, vosotros que
ayer os quejabais de infelices
hoy estáis pisoteados
y, sin embargo,
sin embargo hoy aguantáis.
¿Qué pasó que tan fácil
os han domesticado?
© CHRISTOPHE CARO
ALCALDE
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