PIRULETA
Refleja virtuoso
Bach entre paredes de cámara con sus capas de sonido.
De
perímetro a centro, del auditorio
de
aristócratas gentilhombres nobles mujeres:
todo
silencio algunos sentimientos.
Entre
Reales, o imaginarios, Condes y Duques
me surges,
interrumpes, tú.
Como mancha
de hollín en vestido de casta novia
emplasto de
grasa industrial en salto de cama
flema de
potra en pañuelo de seda.
Vulgarmente
te defino como zafia eres.
Hago justicia,
¿la hago? No por insuficiente.
Lo intento.
Invasión
tuya intromisión usurpación y maniobra.
De saltos
de cama que vas dando lo mismo por fondas que palacios.
Tanto abres
sonrisa como piernas;
la primera
es falsa lo segundo auténtico,
que lo
disfrutas que tú eres muy puta. Vocacional.
Tendrás un
padre ministro y una madre presidenta,
de la
comunidad de alcahuetas de escalera,
pero tú
eres muy puta.
Un título
de carrera en la universidad para todos:
no llena éste
tu estómago pero sí te ceba el ego.
Porque
vivir, vives de ser puta. Y disfrutas que para lo que naciste haces:
realización
personal y corpórea.
También extracorpórea;
para puta se precisan un par de miembros,
hablo de
sujetos,
en la cama.
En la calle en el parque en la escalera donde toque,
que de la
escalera ya se encarga la señora presidenta.
Te toquen
quien necesitado esté,
más hambriento
que tú esto es seguro aunque difícil.
Que tú eres
muy puta y te gusta más que nada.
Casi:
primero en
tu relación de preferencias se halla el dinero.
No se halla
que lo buscas y lo encuentras siendo puta.
Puta fea,
mal hablada, grosera, contagiosa, envidiosa.
Chismosa,
fisgona, más alcahueta que tu madre.
También hizo
la carrera de la calle, entre verduras y legumbres:
verdulera. Después
de puta.
Virtuoso
Bach se desmelena en un crescendo de suspense y turbación.
Descarada tú
te desmelenas en un jardín no apto para cerdos.
Ni cerdas.
Cerda y
puta como tú, y además,
hija de puta.
© CHRISTOPHE CARO
ALCALDE
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