ENTREVISTA
El periodista hizo una breve
semblanza, así lo llamó,
de la persona que tenía en el
estudio. De grabación.
Consultando en la wikipedia,
antes llamado archivo, biblioteca
o diccionario sin más,
no tan de moda pero más de fiar,
narró una serie de
acontecimientos vitales extraordinarios.
Loables y ejemplares para el
rebaño de espectadores que,
desde el sudado sofá de sus casas
disfruta de programación degenerada.
Al tiempo que afirman que lo suyo
son los documentales históricos y científicos.
Nada menos.
El entrevistador, de cierto o
incierto renombre,
secuestró el programa con un
largo relato de anécdotas
secretos y dispensarios
de personajes anteriormente
pasados por su plató.
Citando toda suerte de detalles
que los protagonistas no habían querido desvelar en público.
Y confesaron, talonario en mano,
en privado.
Para cuando volvió de la ronda de
su particular centro universal
el invitado ya se había ido. No
importó:
el periodista asumió su papel
preponderante y ejerció de ambos.
Hasta hoy, que aún sigue
dedicándose preguntas y respuestas
en acalorada conversación. Los
gritos siempre empujan a la audiencia.
Hacia arriba
En la wikipedia se puede leer,
sin embargo,
que el periodista Rufus De la
Abadía
marcó un hito en la historia de
la televisión el día que entrevistó al premio Nobel
de ciencia investigación y
literatura sumeria,
el fugado del plató.
Incluso hay un vídeo que prueba
tal hecho inexistente:
2.000.000 de visitas y subiendo.
La gente no cree lo que ocurre
pero sí lo que le cuentan.
¡Supone tanto esfuerzo averiguar
la verdad!
Que la verdad no te joda una
buena historia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario