FELICIDADES
Olvidé tu cumpleaños, qué cosas.
No fue por desinterés, fue…
No sé por qué.
Y mira que es importante el salto
de joven a adulto.
Al menos oficialmente, que cada
uno tiene lo suyo.
Hay quien nunca fue joven, ni le
dejaron ni pudo.
Cuando la vida aprieta toca
madurar deprisa.
Cuando ahorca mejor no te cuento.
Hay quien nunca es adulto, ni le
enseñaron ni quiso.
Resultados de la existencia
parva, regalada.
Regalos envenenados que al final
siempre matan.
Ya eres oficialmente adulta, nada
tiene que ver
con llamarte mujer. Esto, para
disfrutarlo y sufrirlo,
tiempo ha que lo eras.
Ya eres oficialmente adulta, se
te acabó el chollo subvencionado:
el carnet joven el descuento
joven el bono rail joven
la beca joven el crédito joven.
La piel joven. El joven que se
sentía joven:
bienvenida a la edad de la crisis.
No económica, que también,
sino vital.
A las preguntas chungas: A mis
30, ¿qué he hecho yo?
¿Dónde estoy? ¿Qué conseguí en la
vida? ¿Puedo rectificar?
Quisiera volver a empezar,
presiento que algo va mal.
Bienvenida a la edad media. Sí,
media.
Al pago de impuestos, al trabajo
de esclavos.
A ser un vasallo para los nuevos
feudales.
A la responsabilidad porque ya
eres mayorcita
Y a la indulgencia
“no te preocupes que tienes toda
la vida por delante”.
Para rectificar y volver a empezar,
bajo cero:
la mochila de piedras va ganando
peso y cada traspiés será peor que el anterior.
¿No querías rectificar?, pues ahí
lo tienes.
A la presión social, y familiar,
¿cuándo vas a tener un hijo?
Ya no eres una niña. ¿Cuándo vas
a tener dos?
Los 40 es una etapa muy mala. A los
50 estarás menopáusica.
Sonríe porque esta es la fase
peor: el nido ya no tendrá polluelos
y entra las cáscaras de huevo te
han dejado un síndrome nuevo.
Apúrate apúrate, que los 60 serán
duros. Sólo vivirás de recuerdos.
Si es que el olvido no empieza a afectarte.
Y detenerte.
Pero volvamos al momento
presente, que ya son 30 y un día.
Puede ser un regalo, o una condena.
Tómatelo como quieras.
Por mi parte… no sé. Creo que voy
a felicitarte.
Aprovecha el ahora, no volverá.
Búscate alguna ilusión, mejor
iluso que cínico:
el primero vive feliz, el segundo
ni vive.
Abrázate a los que de verdad te
quieren. Siempre son pocos, será fácil.
Déjate agasajar. Y agasaja, no
olvides la compensación o perderán interés.
Hazte querer y quiere. Disfruta el
amor mientas dure,
puede que no haya otro igual. Para
mal, o para bien.
No sueñes con príncipes azules. Que
ni en los cuentos están.
Vive cada día como lo que es: el último.
Mañana está por decidir.
Haz planes y entusiásmate con
ellos,
pero no sueñes con lo que nunca
podrás alcanzar.
Hay cosas que son como los príncipes:
expectativas equivocadas.
Haz caso a quienes desde el amor
aconsejan.
Pero también a ti misma, toma de
tu vida las riendas.
Responsabilízate de tus actos, tuyos
son.
Tendrás aciertos y errores, ambos
te enseñarán qué hay de bueno y malo
en esto de volverse mayor. Y caminar
a tropezones.
Así tiene que ser. O nunca te harás
adulta:
ya hemos dicho que otra cosa es
mujer.
No caigas en la arrogancia, ni en
la vanidad de los triunfos.
Por mucho que puedas correr o
subir, alguien te va a superar.
Tampoco en la autocomplacencia,
con esto creerás que vuelas
cuando arrastrándote vas.
No te atormentes con el fracaso. Nadie
está libre de ese pecado.
Ni obsesiones con el triunfo, ¿alguien
puede decir qué es triunfar?
Emborráchate de momentos felices:
la resaca de los tristes es difícil
de quitar.
No hagas como los necios, déjate
aconsejar.
Tampoco como los débiles:
suelta esa mano, y vuela.
Vuela palomita vuela.
Que sí, que tú tienes la vida por
delante.
Y todo un mundo para descubrir
desde el aire.
Sí, por esta vez,
voy a felicitarte.
No hay comentarios:
Publicar un comentario