ZOOFILIA
Todo iba bien hasta que
aquella mujer con pelo de salamandra y ojos de
rana,
o de sapo,
mirada de lombriz y suspiros de caracol
preguntó:
¿Qué es para ti la felicidad?
Y sin darme tiempo a responder me dio un largo
beso
con su lengua de camaleón y sabor a ostra.
Aturdido por la actuación, quedé pensativo un
largo rato.
Y después otro.
Y luego otro y otro.
Y otro y…
Treinta lunas han pasado de aquel encuentro en
la charca.
Desde entonces marcho hacia atrás como un
cangrejo.
en actitud de espanto permanente y con los ojos
abiertos
redondos y asustados como mosca que ha divisado
rana en alerta:
mujer al borde del agua. O de la tierra.
Qué es para ti la felicidad retumba entre mis
orejas de elefante.
Sale al exterior y vuelve a mí como a los oídos
de un murciélago.
Pero no por ello consigo orientarme en este
espacio infinito y vacío.
Me pierdo como hormiga en el barro.
Me retuerzo como lombriz fuera de él.
No hallo mi sitio.
A veces, es mejor no hacerse preguntas.
Tal vez la felicidad sea eso: vivir en la
ignorancia.
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