sábado, 15 de junio de 2013

COMITÉ DE SABIOS. Parte II


En ese día del que hablo, pusimos en nuestras bandejitas de plata, cortesía de la consejera de sanidad que era muy mona más atenta y aún más tonta, las muestras al azar encontradas por nuestro operador, y procedimos al marcaje. Mi papel en el ciclotrón es espectacular, merece destacarse. 

Todas las noches antes de dormir y después de rezar cuatro esquinitas tiene mi cama, mi encantadora esposa prepara el equipo de trabajo para la mañana siguiente: sombrero de ala ancha, pañuelo rojo de doble nudo al cuello, camisa de cuadros, colgante de jabalí para enseñar en el pecho sin depilación metrosexual, cinturón con agujeros de bala, pantalón vaquero Pepi´s Strauss y botas camperas tres espuelas afilado especial. Así ataviado, monto en la silla ciclotrónica y con el látigo de mis pensamientos doy órdenes a la máquina, que debidamente domesticada introduce el radioactivo en la molécula a marcar mientras mi asistente el tonto la sujeta fuerte con ambas manos. Algunas tienen rabia propia y no se doblegan con facilidad.

Con este sistema tan eficaz habíamos marcado como ganado miles de ellas. Éramos un equipo imbatible. Terminada la operación, cada cual retorna a su actividad favorita: él a las cámaras, yo a mis teleconferencias a insultarme cara a cara con los colegas. O pantalla a pantalla. Y esto debo reconocer que me pone como nada; cada cual tiene sus pecadillos.

Aquel día tuve una disputa subida de tono con una brasileña, máster en curvaturas inespecíficas, que conocí en el sambódromo dos años antes, cuando fui invitado a Río para una conferencia sobre Caracteres Complejos y su Impacto en el Inframundo que impartió mi mujer. Yo iba de acompañante y en un break que me inventé, salí a dar una vuelta donde empujando un carrito de la compra repleto de curvas de nivel, fractales desenrollados y paquetes de información hipercomprimidos, en la acera conocí a la científica. No negaré aquí que lo que más captó mi atención fueron, sí, las curvas. Las suyas. Pero este no es un pecadillo: es salud.




© CHRISTOPHE CARO ALCALDE


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