SALUDOS
Estimado antepasado
de presencia constante y
pensamiento recurrente.
A vos me dirijo en
calidad de afectado;
con la angustia del
perseguido y el drama del acosado.
Abandone por favor esa
estrategia de querer ser siempre el invitado;
que este acto al que acudimos
tenía voluntad de fiesta
y con ese negro
riguroso que me viste
hace del evento al que
asiste, un funeral de Estado.
Del estado de ánimo fúnebre
pues aunque se vaya, queda.
Tenga a bien olvidarse
de nosotros. Y en particular de mí:
no soy gente que
conservo a los amigos,
demasiada fatiga y
compromisos,
no quisiera hacer con
vos una excepción.
Ni confirmar una regla
que no existe.
No traerá cambios
positivos ni enseñanzas del dolor
que no sepamos.
Quien más quien mucho más,
ya lo ha sufrido.
Abandone presto este
lugar que aquí estamos todos de prestado:
siendo nuestra
provisionalidad clara,
no la oscurezca.
Dese pues por
malvenido.
Dese después, por
despedido.
© CHRISTOPHE CARO ALCALDE
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