martes, 18 de junio de 2013

COMITÉ DE SABIOS. Parte VII


También, y esto hoy lo confieso porque no tengo testigos delante, tuve en ocasiones la sensación de que la corta vibración que mi viejo GPS manifestaba cada vez que yo pulsaba su botón de encendido, era algo muy cercano al éxtasis. O el orgasmo. Así, en la intimidad de mi coche, solos los dos, solía dirigirme a él como mi GPeSa. Producía menos desasosiego pensar que, si iba a ser infiel, al menos fuera con hembra. Seguro que mi santa compaña hubiera preferido marido desleal por mujeriego que por homo. Humilla menos. Entre ser abandonado por alguien del mismo sexo macizorro o del mismo sexo de tu pareja, no hay color que lo resista ni cotilleo que lo aguante. -Muchas gracias. Buen viaje.

Diez euros me sopló la maquinita del peaje como si tal cosa y ninguna vergüenza. Diez euros por un rodeo innecesario parecía un trato de idiotas. Así me sentía.

-¡Y ahora qué! –le espeté al GPS nuevo-. ¿Tienes algo que decir a esto o te lo descuento de tu asignación?

-Está muy alterado. Niveles de adrenalina máximos, producción de cortisol alcanzando valores de riesgo, sinapsis neuronal en cascada, hipotálamo adquiriendo el control de su organismo. Resístase o me veré obligado a comunicarlo a las autoridades. Es usted un peligro potencial para la circulación. Serénese o mi recomendación será detenerse en la próxima área de servicio.

-Salida-A-12-Kilómetros-Tome la salida-Y-Manténgase-A-La izquierda.
-¡¿Doce kilómetros?! ¡La madre que lo parió al chisme este! ¡Por su culpa estoy dando un rodeo de doce pares de huevos!

-No diga tacos por favor. Los huevos son para las tortillas, no los desaproveche y continúe recto.

-¡Recto seguiré! –le respondí-. ¡Pero porque no me queda otro remedio! En una de estas te arranco del cristal y te tiro por la ventanilla, ¡so tontolaba!




© CHRISTOPHE CARO ALCALDE

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