domingo, 16 de junio de 2013

COMITÉ DE SABIOS. Parte V


Terminado el postre encontré su regalo, envuelto en papel de estraza del tamaño de una cajetilla de tabaco. Con una inscripción: Si no te gusta te jodes. Bromas de la convivencia prolongada en el tiempo y curtida en el espacio. Después de abrirlo con poco cuidado descubrí que era un GPS. -Qué raro, me dije-. Si ya tenía uno. De hecho, permanente en el cristal y programado para activarse nada más arrancar el motor. Para mí, que soy un gran conocedor del entorno pero poco dado a recordar ligerezas, era una herramienta imprescindible. Quizás por esto, para evitar que un día me perdiera en mi regreso a casa ensimismado con mis pensamientos, mi cautivadora esposa me lo regaló. Mejor dos aparatos que marido extraviado en quién sabe dónde.

Pensado y hecho: con un buen lametazo pegué de un tortazo la ventosa al cristal junto al viejo aparato y lo conecté. Habituado a mi ciclotrón, mi coche ya se parecía más al puesto laboral. Luego de pasar por un largo cuestionario de preguntas, algunas excesivamente personales e íntimas, y de atravesar el filtro de seguridad antiintrusismo y contrasabotaje, el aparato que parecía haber aprendido todo de mí preguntó: -¿De verdad quiere ir a casa?-. Semejante chorrada después de un día como aquel me puso en guardia y ataque: a puntito estuve de darle dos guantás como aconsejaba el maestro samurái. Pero era un regalo de mi mujer, me contuve.

Como de costumbre, al arrancar el motor mi viejo GPS inició su particular monólogo:

-A-100-Metros-Cruce-Rotonda-Segunda salida-. En ello estaba cuando el nuevo añadió:

-No haga caso. Mejor tercera salida.

El viejo insistió:

-Cruce Rotonda- Segunda-Salida.

El nuevo: 

-¡Que no! ¡Tercera salida!


Consiguieron que diera confuso dos vueltas a la rotonda. Para terminar como un imbécil y haciendo caso al viejo: burro viejo conoce el camino, por si acaso. Encaré la recta con un acelerón de rabia y un par de minutos más tarde el habitual consejo:

-Próxima-Salida-Tome la salida-Manténgase-En-El-Carril-Derecho.

-¡No no no! ¡Ignore la salida! Malgastará cinco minutos, cero punto ocho litros de combustible y doscientas veintisiete calorías. Si bien esto último le conviene, lo anterior no procede. Ignore la salida, ignore la salida.

-Próxima-Salida-Tome la salida-Manténgase-En-El-Carril...

-¡Que no, que no y que no! ¡Desoiga a este carcamal! ¡Ignore la salida!



© CHRISTOPHE CARO ALCALDE

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