-¿Mejor?
-No, vámonos. Vámonos ya de aquí.
-No podemos, lo sabes. Que estaremos preguntándonos toda la vida. Es el momento de resolverlo.
-Yo te diré lo que ocurre. ¡Ahí dentro hay personas!
-¿Cómo lo sabes? ¡No has tenido tiempo!
-Sus ojos. He visto un montón de ojos vigilándome en la oscuridad.
-¿Ojos?
-Sí, brillaban. Como sólo brillan los ojos en la noche. ¡Vámonos!
-Tranquilízate.
Ella se aparta bruscamente.
-¡Ay, basta ya! ¡No me trates como a una niña imbécil!
-No lo hacía. Pero también podían ser animales. ¿No lo has pensado?
-¿Animales?
-Sí, animales. Tienen ojos, ¿no? Podrían ser… ¿Verdad?
-Animales.
-Claro mujer, ¡qué otra cosa!
-¿Los animalitos que dan golpes cuando te quedas solo? ¿Esos mismos animales?
© CHRISTOPHE CARO ALCALDE
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