En una colisión apocalíptica de ideas, otra línea de pensamiento atraviesa su mente como una catana, seccionando la emoción que nace de la desesperación por otra mucho más útil: la ira. Admite que si esos desdichados están ahí es porque otros desalmados los han encerrado. Contra su voluntad. Ella apunta hacia estos últimos la bala de su rabia. Idóneo proyectil para reventar cualquier cabeza del impacto.
- Ça suffit. Ça suffit
Se levanta. De las fuerzas de la decisión extrae coraje para superar la barrera del asco. Abraza a Bae. Devolviendo su compasión transformada en afecto. Seca sus lágrimas con la manga. Añade:
-Très bien. Hay que dar una salida a esta situación.
-Utgivlese… Flere mennesker! Frihet! Frihet!
Bae, como si hubiera comprendido la apuesta de Charlotte, en su pésimo noruego intenta decir que hay que liberar a más personas. Señalando con el brazo más adelante, dirección bodegas de proa. Fausto no termina de creerse lo que ha oído. Pregunta y es respondido de igual forma, pero con más énfasis y apoyado por Hiroto. Ella pregunta qué se está perdiendo.
© CHRISTOPHE CARO ALCALDE
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