Fausto pregunta por inercia más bien se lo pregunta a sí mismo no espera respuesta.
-Je ne comprends…
-¡Charlotte! ¡Habla tu idioma!
-Oui… Qu`est-ce que tu fail ici?
-Je vis ici…
Charlotte, Bae, Hiroto… Todos se arremolinan en torno a la niña. Sienten curiosidad quieren saber tienen necesidad de comprender.
-¿Qué es eso de que vives aquí? –interroga Charlotte desconcertada-. ¿Y por qué hablas mi idioma? ¿De dónde has salido?
La niña se le acerca. Para acariciar su pelo, también es el primer pelo limpio que toca en mucho tiempo. Charlotte no sabe cómo responder a este gesto afectivo tan inesperado. Así que no responde.
Menos temerosas que el grupo de hombres, algunas mujeres van abandonando la bodega. Se desplazan por la pasarela sin rumbo.
-Explica eso de que vives aquí –Charlotte insiste.
-Hace mucho tiempo. Iba con mis padres, en este barco…
-¿Viajabas en el barco? ¿Cómo pasajera?
-Sí… -la niña se entristece. Prosigue:
-Una mañana me desperté y no estaban. Me asusté, había mucha gente. Más que ahora.
-¿Más?
© CHRISTOPHE CARO ALCALDE
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