DIAPOSITIVADO
Laureano entusiasmó a los
presentes con su llamada a la solidaridad
para un mundo peor.
En su discurso lleno de
sobresaltos, insultos,
exaltaciones de la mediocridad y
el mal hacer
cautivó a personajillos
necesitados de un líder populista y analfabeto.
Que confundiera las malas maneras
y la verborrea de alcohólico
con el arte de hacer política del
engaño y la sugerencia manipuladora.
Bien pagado de sí mismo con el
dinero de todos
rechazó intervenciones de una
audiencia sumisa de antemano y proclive
tanto al desentendimiento como a
la buena costumbre de no hacer preguntas.
Y asentir con la cabeza lo mismo
que los pies:
confundiendo ambos extremos del
cuerpo en su orden de importancia.
Arropado por un barato soporte
técnico de proyección de diapositivas
en baja resolución,
al objeto de que la mala calidad
de las imágenes ocultara la ausencia de contenidos,
y que con gran dificultad podía
manejar,
Laureano se hizo pasar por el
orador que no era
trató de demostrar unos
conocimientos que no tenía
y
confundió el silencio de unos oyentes adormilados con la aceptación
de sus postulados.
En una maniobra sin precedentes,
obtuvo el favor de la prensa
y el beso baboso de las
televisiones provincianas.
La ridícula plataforma mediática,
ansiosa de vender títeres al mundo
para poder manipularlos, le lanzó
a las más altas cotas de popularidad.
Arropándolo en los momentos
delicados
ocultando vilezas diarias
y exagerando unos logros por
Laureano nunca conseguidos.
Una vez en la punta de un iceberg
en avanzado estado de deshielo
lanzó su candidatura a la
presidencia mundial.
Como respuesta:
la masa de votantes frustrados
con la política
decepcionados con sus partidos
habituales
cabreada con el sistema
antisistemas y rabiosos en
general
le apoyó sin meditarlo.
En conclusión:
Laureano llegó a presidente.
Gobierna hoy desde la cárcel por
miedo a un atentado.
Entre barrotes con mano de hierro.
Ha mandado fusilar a más de
cincuenta millones de personas.
Los primeros: intelectuales y
sabios.
No era tan tonto, después de
todo.
En su jefatura de gobierno tiene
oligarcas, corruptos y ladrones en general.
Y sí, Laureano cumplió su
promesa:
es hoy el mundo un lugar peor.
Con toda probabilidad se
perpetuará en el poder:
todos contentos.
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