FOTOGRAFÍA
De tanto desear tu desdicha
no porque sea mala persona, que
lo soy,
ni tú nunca fueras buena, que también,
al final te he visto tirada en la
cuneta.
Cuerpo hinchado casi muerto en
mente ida y más que muerta:
te habían dado una paliza.
Juntos tus fantasmas y la vida. Demasiados
para que pudieras defenderte.
Tanto deseé que llegara este
momento,
que ahora que es cierto lo lamento.
Ya no por mí, sino por ti.
Aún así, a pesar de la culpa y de
todos mis pesares,
demasiados para poder hacerles
frente,
no fui en tu ayuda. No quise
socorrerte.
Yo que tanto hice por ti en otra
vida
hoy reniego de haberla compartido
y me maldigo y me castigo.
Y me condeno.
A no correr a socorrerte aunque
lo quiera.
¡Tanto fue lo que te quise aunque
perdiera!
Como nada lo que a tu lado hoy me
obliga.
Me ordeno dejarte en la cuneta
de muerte herida vieja amiga.
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