martes, 16 de abril de 2013

AMOR DOMÉSTICO


AMOR DOMÉSTICO


Este amor nuestro que tanto nos une y nos separa,
la hipoteca en el primer supuesto las ganas en el segundo,
tanto se ha mimetizado con el hogar dulce hogar de los encuentros
que ahora:

te oigo gemir como una frigorífico ronronear como una lavadora sudar
como la secadora calentarte como una plancha meterte dos rayas como la
tostadora y después darle mil vueltas a las cosas como la batidora asustarte
como la báscula hacer de tripas corazón como el exprimidor silbar de éxtasis
como la tetera hacer juegos de agua como el lavavajillas cantar como un
radio despertador ponerme la piel de gallina como el aire acondicionado
apresurarte en llegar al final como el microondas o tomarte tu tiempo para
hacer las cosas bien como el horno a sus ciento ochenta grados tersa como
la vitrocerámica o llena de escondites como el radiador complicada como
programar un vídeo sencilla como una lámpara clásica como una carta o
rabiosamente moderna como una tablet  ruidosa como tu secadora de pelo
silenciosa como el ordenador agitada como la segadora multifuncional
como el robot de cocina húmeda como el escurre platos seca como la tabla
de trinchar a veces amplia como el cesto de la ropa otras estrecha como
el ojo de la aguja.

Con ojo debo andar pues entre todas tus virtudes
también te he oído contar
miles de mentiras como el televisor.




© CHRISTOPHE CARO ALCALDE

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