EFECTOS SECUNDARIOS
Sí sí lo sé.
Que me miráis con ojos
de envidia porque me veis tipo feliz.
Que lo percibo por
vuestra jeta y esto os trae a malvivir.
No os culpo es natural
en mi caso.
Satisfecho estoy con mi
divorcio que me dejó en posición muy holgada.
Tres hijos tengo maravillosos
quienes me admiran y aprecian.
Cuidan de mí y mis
mascotas. Apoyan todos mis gustos,
e incluso algún pequeño
gran vicio.
La familia sólo me da alegrías:
ayer mismo sin ir más lejos
recibí la grata noticia
de que murió mi tío más rico.
Y mira que yo tengo
muchos, pero era este el que más me quería.
Tal vez por ser soltero
y sin hijos.
Sin hijos que yo
supiera. Anyway,
que dejó todos sus
bienes fortuna y placeres,
a este que los
suscribe.
A cambio de que le honre
memoria cada vez que pise su tumba.
Sin dejar indicación de
cómo ni cuándo ni cuánto,
el pacto no será
problema.
Las empresas marchan a
plena carga.
No hay crisis que me
doblegue ni riesgo que no supere. El mes pasado,
superé otro cuarto millón
de euros.
Las amantes son
tolerantes y comprenden casi incentivan
todas mis
infidelidades. Saben que es por mi salud,
física y espiritual.
El último chequeo médico
no arrojó preocupación alguna,
pero conviene irse
cuidando con el deporte más sano.
Si los amigos me
quieren la familia me adora y el dinero me sobra,
¿qué más se puede
pedir?
Amigos no desesperéis porque
mis triunfos queráis emular.
Que aquí para ser feliz
basta con mezclar la
medicación con alcohol cocaína y hachís.
Y eso es todo. A
disfrutar.
© CHRISTOPHE CARO
ALCALDE
No hay comentarios:
Publicar un comentario