INVITADOS
Qué difícil es creer lo
que me cuentas:
te llamó la voz de la
conciencia para reunirse contigo.
Quiere hacerte una
entrevista face to face;
por si la cara va a
resultar el espejo del alma.
Que con claridad y
convicción expongas los hechos
que te forzaron a tomar
decisiones para las que preparado no estabas;
ni mecanismos de
autodefensa tenías.
Obligados somos a
seguir caminos que nunca gustaron.
Por qué engañaste por
qué mentiste. A cuántos hermanos traicionaste.
Qué te hicieron cuándo
y por qué,
para tú renunciar a querer
nada del mundo.
De este mundo vil y
ruin: tu mundo y el mío a la postre.
Una bola de fuego
contenida por agua salada. No desesperes,
llegará el día en que
explote.
No puedo creer lo que
cuentas hermano.
Que los terrores
nocturnos las pesadillas los delirios
te persiguen nada más
cierras los ojos.
Y que al abrirlos no
desaparecen.
Has cometido tantos
errores, has atropellado a toda esa gente.
Has borrado la
existencia de inocentes gritando miserere miserere.
No hubo piedad en tus
actos no hubo clemencia en las decisiones.
Ni gestos de humanidad
ni palabras de comprensión ni afecto alguno
por todos tus
suplicantes.
Confundiste la firmeza
con corazón de piedra la bondad con debilidad.
La autoridad con tiranía
la amistad con cobardía.
La indulgencia con
vicio.
No te convencieron los
muertos ni te ablandó su lamento:
el clamor de los que se
saben perdidos.
No hubo paz para nadie.
No la tendrás tú tampoco.
Falto de credos ídolos
y mitos, qué difícil empresa la tuya. Hermano.
Atrapados estamos cada
uno en su propia mazmorra,
encadenados a la
inexistencia del ser más inhumano y abyecto.
¡Qué otra cosa nos
queda que aceptar nuestro destino de indignos!
Con el valor de los ya
condenados.
¿Recuerdas ahora el
clamor de los malditos?
En el último tramo del
corredor de difuntos
al encuentro ha salido
tu conciencia de muerto.
Para un face to face
con que averiguar si alguien se apenará por tu alma.
Procura que los hechos
expuestos sean hechos probados,
que la conciencia es
terca y cuando se obstina no olvida:
Sin matarte te quitará
la vida.
© CHRISTOPHE CARO
ALCALDE
No hay comentarios:
Publicar un comentario