ANIMALITOS HUMANOS
Señá rata, señá rata
–le preguntó el conejo a la salamandra
aquella mañana de
verano con su habitual luz de otoño.
¿Ha llenado su despensa
para encarar el invierno?
Señor zorro, señor
zorro –le respondió la ardilla al sapo acorazado.
No, no lo hice, hermano
mío. Viendo como estaba la tuya
y el trabajo que te ha
costado,
pienso que cuando apriete
el hambre mejor ese día te asalto.
Que contigo y tus
reservas tengo comida para tirar otro año.
© CHRISTOPHE CARO
ALCALDE
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