sábado, 14 de julio de 2012

AGUA DE CARA




AGUA DE CARA


Querida amiga azul. De mirada azul profunda.
De pelo azul oscuro. De piel azul cerúleo. Mi favorito ya sabes.
Te escribo esta carta llena de novedades
desde el verde más intenso de tu tocador,
tómate una pausa aquí e interprétalo como prefieras,
en estos valles plenos, qué digo plenos, anegados de paz y silencio.
Tanto que estamos pensando en ser rescatados pero
aún andamos debatiendo.
Entretanto llega de la huida final el momento,
llámalo vuelta a casa, deserción o salida,
quiero contarte cuáles son nuestros planes.
Para que tú también planees y, como yo,
te dejes llevar por el escitalopram, te excites, y vueles.
Interpreta esto también como prefieras.

En la casa hemos hecho algunas reformas
de baja importancia pero alta efectividad.
Siempre fuimos gente de grandes resultados con pequeños recursos,
ya tú sabes.
En el ala norte hemos creado un espacio guía.
Un centro de curación y energía.
Un lugar de encuentro para todo el que se haya perdido.
Con un mapa en el suelo que solo señala el norte.
Tantos son los que caminan sin norte,
por extraviado o robado, que tenemos lista de espera.
Y esto nos dio una idea:
rehacer completamente el ala sur.

En ella alojamos a los que se desesperan.
Sabes de mis excesos:
he ido por el lado canalla en la decoración de este espacio.
Decoración usos y abusos.
Al huésped ansioso ofrecemos ansiolíticos naturales,
de nuestra propia huerta.
Porque también hemos creado un huerto, que no te lo había dicho.
Entre acelgas y coles cultivamos amapolas y maría.
Y mejora día a día nuestra cosecha de opio, hachís y heroína.
Damos dos pases diarios que satisfacen a la mayoría.
Cuatro para casos extremos.
Hay overbooking:
reformamos el ala este.
Quieren los más enganchados ver salir el sol cada día.
Sospechan que no lo verán esconder.

En filas de a tres, no me pidas que te lo explique porque no sé qué es,
hemos dispuesto hamacas de paja y tumbonas de plástico.
Lo más barato que esta clientela colgada no se entera de nada.
Hay que explotar el filón.
Por cada dos una timba, por cada tres una cachimba.
Por cada cinco una fulana. Que haga con ellos lo que le dé la gana.
Y en apuestas, sexo de quiero y no puedo y drogas mal diseñadas
quietos se pasan el día.
Sé que entre los clientes hay alguna sotana, de hombre y mujer,
políticos, prestamistas,
esos que ahora llaman banqueros y compran cualquier respeto,
y más de un policía.
Tenemos la continuidad garantizada.

Te preguntarás qué pasa con el ala oeste,
tu espacio cuando nos visitabas.
En ella hemos puesto un banco de pesas,
para esas visitas pesadas.
Una bicicleta de spinning
para los que corriendo vienen con intención de quedarse
sin nadie que los llamara:
más vueltas a la rueda y menos a sus problemas.
Para los hambrientos una barbacoa vegana.
Para los sedientos una piscina de orujo:
que de tanto beber revienten.
Una biblioteca con cien copias de la Enciclopedia Ilustrada
para los de la vista cansada.
Y para ti, antes de que lo eches en falta,
un precioso aguamanil.
De esos felices veinte,
veinte años felices veinte parece que no hubo más,
y restaurado por mí.

Mirando a tu atardecer, a tu ocaso azul cielo
Con un sol naranja esperanza
Entre nubes azul sí quiero.

Con pétalos blancos de rosa
Sobre un lecho de agua fresca
Color
Azul
Añil.

No hay comentarios:

Publicar un comentario