jueves, 19 de julio de 2012

LA CANCIÓN DEL EMIGRANTE





LA CANCIÓN DEL EMIGRANTE


Madre he llegado bien. Todo ha salido perfecto.
El viaje sin contratiempos. Llamé a la prima Raquel,
ya tengo alojamiento.

¡Ay gracias mi hijo. Qué alegría nos das!
Con lo preocupados que hemos quedado en casa.
¡Qué lindo que llegaste sano!
Verás cómo tu tía Raquel es una persona muy buena.
Te ayudará en lo que pueda.

-mama no he llegado bien. Me detuvieron los guardafronteras.
Me exigieron un soborno, me dieron una paliza.
Me quitaron la cruz del cristo. Ese que me dio la abuela
para que me protegiera. La tía Raquel no está. Aquí nadie sabe nada.
Unos dicen que se volvió. Otros que murió alcoholizada.
Esta noche dormiré en la calle, y con el frío que hace-.

Madre te llamo desde el trabajo. El jefe, que se ha prestado.
No veas este chévere sí que es un tío bárbaro.
De momento estoy sirviendo mesas, las terrazas mi escenario perfecto.
Sabes cuánto me gusta la calle, ser libre como el aire.
Los clientes muy amables, todos me tratan bien.
Me dejan buenas propinas, se nota que es gente con clase.
¡No hay nada como el primer mundo!
Ahorita que ahorre un poquito, le mando a usté un sobrecito.

¡Ay gracias mi hijo. Qué alegría nos das!
Por nosotros no te preocupes, no necesitamos nada.
¡Sal adelante mi vida, que tú sí te lo mereces!

-mama le llamo desde la cárcel. Derecho a una llamada.
Como abogado no tengo aquí pasaré seis meses.
Tres dicen si me porto bien.
Me detuvieron por robar. Sólo era comida, pero todos me miran mal.
El hambre que estoy pasando. Le juro que como nunca antes.
Lo miro del lado bueno: tengo tres comidas diarias,
y al menos no paso frío.
Cuando salga volveré más fuerte. Nada se pondrá por delante.
Vine para triunfar y lo que me propongo consigo. Ya usté sabe-.

Madre perdóneme la tardanza. Aquí voy de trabajo en trabajo
y ando yo atareado. Ustedes no se preocupen, que es todo para mejor.
Saqué un carnet especial y soy chófer de un gran bus.
Televisión y aire acondicionado, madre. De verdad que aquí se vive.
Si siguen así las cosas, en nada tengo negocio propio.
No me dijo si le llegó el sobrecito. Y páseme a padre, que quiero decirle algo.

¡Ay gracias mi hijo. Qué alegría nos das!
Por nosotros no te preocupes, no necesitamos nada.
Aquí todos seguimos bien, sabes que vivimos con poco,
pero nada nos hace falta. Padre… Padre no se puede poner…
Salió esta mañana temprano... Con tu tío, a hacer un trato en la capital.
Vamos… ¡vamos a cambiar de casa!
Qué contentos estamos.

-mama perdóneme la tardanza. Voy de malo en peor.
Llevo diez meses preso y me han trasladado de cárcel.
En un gran autobús, con ventanas de rejas. Y mucho calor.
Dicen que nunca no saldré.
Primero fue mala conducta, nunca me gustó obedecer, mama.
Y aquí si no te agachas te agachan. Me alargaron la pena tres meses.
¡Cuánto echo de menos la calle! La calle que ya no veré.
Luego fue homicidio. ¡Me robaron el sobrecito, mama!
Y mire que era pequeño. Del trabajador condenado
no da para mucho la paga.
Maté en el comedor a ese hijo de la chingada ladrón.
Que yo por robar un melón fui preso, con su ley,
en el cuello le clavé un tenedor.
Poco le llamaré ahora, mama. Los homicidas estamos aparte.
No hay trabajo, no hay gimnasio, no hay patio.
Y si te has portado bien, una visita al año.
A mí esto no me afecta, que no viene a verme nadie.
Tampoco tía Raquel.
La vida aquí no vale nada-.

-¡ay gracias mi hijo. Qué alegría nos das!
Por nosotros no te preocupes, no necesitamos nada.
Qué bien que hiciste en marcharte, aquí todo está muy mal.
Tu padre murió hace un mes, lo mataron volviéndose del laboro.
Por un reloj y una poquita de plata.
La vida aquí no vale nada.
Ya tú sabes.
Bueno que te marchaste así no me verás morir.
Me tiene mordida el cáncer, dicen que no pasaré de abril.
Cuídate mi vida. Búscate una buena chica, que te dé hijos sanos y fuertes.
Cuídate mi vida. Vive lo que aquí no pudiste.
Te quiero hijo mío adiós-.


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