RECONQUISTA
¿Tendrá que
ser otra vez Asturias la que nos reubique en el mapa?
Papel donde
antes leía españaunagrandelibre.
Hoy son
muchas pequeñas presas.
Los mineros
antes que nadie han entendido el mensaje
de que esto
no se arregla charlando y un buen cafelito en la mesa.
No vale aquí
el buen rollito y a la mesa un golpe, si acaso.
De no
resultar, a la barricada con ella.
A hacer un
buen fuego con gasolina y ruedas.
¡A la
carga, a por ellos que son pocos y cobardes!
Y poderosos
y fuertes.
Tanto que
han conquistado España sin cruzar la frontera.
Bien es
cierto que el aliado ya estaba dentro,
para el
sucio trabajo de campo ya tenían aquí los títeres:
presidentes
y presidentillos, reyes y reyezuelos.
Como se ha
visto, todos cacos y pillos.
Cofradía de
pescadores que no ha conocido la mar:
lanzan a
tierra sus redes. Ahí es donde está el bacalao,
y no hace
falta trabajar.
Engáñale al
pueblo embobado, saquea sin ningún miramiento,
trinca la
pasta y no corras, ¿ves a alguien que te persiga?
Buenas cenas
buenas fiestas
champán y
langostinos caviar y ostras
vino mujeres
y rosas,
¡es el gran
despelote!
A por éstos:
que son muchos, descarados y ladrones.
Cada uno
con su propio ejército
de policías
de bolsillo periódicos y televisiones.
A la carga
contra estos fantoches
pues haciendo
caer a éstos cortamos el poder de los grandes.
¿No veis
que son la mano de los que de España sólo conocen
cuánto está
de endeudada?
Ha tenido
que ser Asturias la que nos despierte del sueño de los idiotas,
dormidos que
hemos estado desde que saquearon Marbella.
Se extendió
esta infección del atraco hasta llegar al cantábrico
y topó con
la bocamina.
¿Será que
para estar despierto hay que vivir bajo tierra?
Será que el
trabajo duro vuelve también duro al hombre.
Dureza es
lo que nos falta:
contra la
corrupción, el poder, el saqueo del Estado.
Lo han
entendido bien los mineros y no hablan.
Que la
lengua es mentirosa y el interlocutor trae carbón dulce
envenenado.
En su lugar,
tiran petardos. Y a dar.
Pasó el
tiempo de las palabras, es la hora de la desobedicencia.
Civil, y
militar.
¡A la carga,
a pedradas si hace falta!
Siempre desde
la oscuridad se dirige este presidente mimo.
¿No sabéis
que es porque a contraluz se ven moverse los hilos?
Dejad que
el que los maneja se lo lleve lejos. Sólo será otro muñeco
entre sus
muchos trofeos. Alguno,
incluso se
lo dio el presidente: Premio al inversor decente.
¡Al ataque!
¡Hay que reconquistarlo todo para rehacerlo de nuevo!
Olvidaros del
príncipe de Asturias y poner al frente a un minero.
¿Será que
la negrura del carbón, vuelve claras las ideas?
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