ARPEGIOS
Diré que me
abandonaron mis hermanos por no decir lo contrario.
Duele
siempre la verdad.
Que dejé lo
que tenía por valentía. No,
porque no
tenía nada.
Que traté
de ser yo mismo en algún momento de esta historia sin historiador.
Ni guión ni
definición.
Diré lo que
sea para ser feliz o libre.
Mejor las
dos. Por pedir, no quede.
Diré también
que te estuve esperando. En una cuneta.
No para
matarte, cómo hacerlo si
quien
estaba tirado en la cuneta era yo.
Era para
que me rescataras. Sálvame,
te dije en
un mensaje que entró un día rompiendo el cristal de tu ventana.
Como si
fuera una granada enemiga recogiste aquella piedra
para lanzarla
fuera.
Explotó frente
a tu casa.
Dejándote sin
luces y sin flores.
Supiste entonces
que era yo.
Pero no
viniste.
Diré cualquier
cosa. Más alto cuanto más mentira sea.
Lo haré por
ser la única forma aprendida por la fuerza
de solucionar
conflictos imposibles.
Yo no
invento sólo imito.
¡Hace tanto
que no veo a mis hermanos!
Creo, que
es porque nunca he tenido.
© CHRISTOPHE
CARO ALCALDE
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