OUTRES
He pasado
unos días raros. Dando patadas a las piedras,
esto no es
lo raro dada mi falta de objetivos,
las piedras
eran ostras. Esto sí.
Eran tan
feas que las confundí. Feas descriptiblemente feas por fuera,
no me
entretendré en esto por ser lo feo también desagradable.
Feas y retorcidas
por dentro.
Bien pensado,
conozco así a muchas personas y no por ello las pateo.
Por falta
de ganas tampoco. Lo reconozco.
Pero tienen
más derechos que las ostras y eso las salva.
Así que nos
aguantamos, las ganas.
Ostras torturadas
con el paso de las mareas, de los años.
Que no
mueren de viejas: acuchilladas. Como algunas personas.
También,
también.
He pasado
unos días raros entre bichos que no se defienden.
Sólo aprietan
los dientes.
Las mandíbulas,
en su caso.
Que se
dejan matar porque no pueden revolverse.
Sólo atrincherarse
sin salvación.
Menos aún
contraatacar. Como algunas personas.
También,
también.
He pasado
unos días raros. Raros entre extraños.
Extraños que
eran casi como amigos. Hay amigos que de repente
se vuelven
extraños. Esto no es tan raro.
He pasado
unos días… ¡Ostras, qué rápido han pasado!
© CHRISTOPHE CARO ALCALDE
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