viernes, 13 de junio de 2014

GOOD BYE, PEOPLE GOOD BYE



GOOD BYE, PEOPLE GOOD BYE



Se fueron todos.

Nadie por aquí ya están todos largados o escapados.

O huidos o expulsados.



Adiós al pueblo a las gentes del lugar a forasteros.

Adiós paisaje adiós lunas y lunáticos.

Adiós paisanaje sano y enfermo.

Adiós viejos y muchachos.

Justos y pendejos prudentes e insensatos.

Castas y putas trabajadores y gandules.



Se vayan todos, nadie se arriesgue a que le caigan las piedras.

Después de la fiesta, la comida la bebida los bailes y las flores,

queda lo mejor a los mejores: piedras como castillos desde el torreón

donde párroco y alcalde saludan a visitantes.

¡Bienvenidos míster y mistera!



Y después roca a cada uno en la cabeza.

A reventar al que se marcha sin pagar.

Que aquí se paga por todo, bueno o malo o regular.



Piedras, piedras para echarlos a todos y para salir corriendo.

Piedras pesadas como sermones rodantes como discursos.

Piedras de unos y otros. Es lo más sano que hay en el campo.



Se fueron todos, ¿no se fueron?

¿Queda alguno? Hay que lincharlo.

Y después…



Sola queda la novia en el convite con todos los muertos.

A los pies de sus zapatos bajo las ruedas del carruaje.

A los cascos de los caballos. Pisoteados como barro.

Sola queda la novia cuando acaba la farsa.

Sola queda como sola vino como sola vivirá.



Que a su lado no hay sino fantasmas.

Adiós, gentes y malas gentes.

Presentes y ausentes, malogrados y vigilantes.

Atentos y confundidos.

Dejad sola a la novia, que el vestido

es tiempo de irlo rompiendo.




Adiós.


© CHRISTOPHE CARO ALCALDE

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