jueves, 5 de junio de 2014

PÉTALOS DE PENSAMIENTO, parte 140 (novela media)



-No sé… ¿Qué tal la carne?

-Bien. Algo dura, y de sabor que no sabría identificar si es pollo o cerdo. Este malayo cocina bien. Aunque sigo pensando que le sobran especias… Anulan el auténtico sabor de la comida, ¿no te parece?

-Quizás sea eso lo que busca. Que no sepas qué comes.

-¿No saber qué comes? ¿Y qué objeto tiene eso? Prueba, prueba este trozo. Mira, no tiene nada de grasa. Es raro: grande como la ternera, grasiento como el cerdo, seco como el pollo… ¿Será algún animal de caza que no haya probado nunca?

-¡Ay, que no! ¡Quita eso de mi vista!



Fausto piensa que bien puede ser un trozo de muslo, de hombre por encima de los cuarenta. Y no lo puede soportar. Vuelve a sentir náuseas.



-Pero… ¿Qué te ocurre? Qué raro estás. ¿Eres vegetariano?

-No, no. No es eso. No pasa nada. Un mareo, sólo un mareo. Me ha quitado el hambre.

-Bueno, te cambio mi fruta por tu plato. ¿Hace?

-Sí, sí. No hay problema. Todo para ti.

-¡Uhm!… Qué bien. ¿Sabes? El sexo me da hambre. ¿A ti no?

-Pues… No lo había pensado. No sé.

-Claro, como tú no has terminado…

-No, no es por eso. No tiene importancia.



-Sí para mí. Pero ya le pondremos remedio.




© CHRISTOPHE CARO ALCALDE

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