La compañía, la unión afianzándose con los hechos vividos compartidos sufridos. Las opciones en la balanza de la duda: en el platillo de la solidaridad, la comprensión la justicia y la empatía, actuar. En el del egoísmo la supervivencia y la impotencia, olvidar.
¿Cómo rescatar a esas 28 personas estando todos atrapados en el mismo barco? Sin morir en el esfuerzo. ¿Cómo salvar sus vidas sin perder la propia? ¿Cómo ser justos y valientes sin terminar en el lugar donde acaban los audaces? O peor: caer también en la trampa de esa red de psicópatas y asesinos, ser otro condenado más a su esclavitud y crueldad.
-Questo caffè è una porcheria!
-E 'vero, non è solo il cibo che fa schifo non sanno fare neanche il caffè! Cuoco puzzolente!
Dos italianos del grupo de amigos aparentes y mafiosos sospechosos habituales de la extorsión el gansterismo organizado y la violencia costumbrista, protestan por el mal café. Rajit, el camarero malayo acostumbrado a la queja hábil en minimizar conflictos apagafuegos del incendio, responde:
-¡Música para otra preciosa mañana de sol!
Y Frank a medio volumen rebota entre las paredes de la cantina.
“She gets too hungry/ For dinner at eight/ She likes the theater/ And never comes late/ She never bothers …”
© CHRISTOPHE CARO ALCALDE
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