jueves, 26 de febrero de 2009

ÓLEOS Y DESÓLEOS



Título:

- MAR O MONTAÑA -


Óleo sobre tabla: 81 x 60 cm.



















Título:

- MJ- LL -


Óleo sobre tabla: 81 x 60 cm.
















Título:


- INSPIRACIÓN -


Óleo sobre tabla: 100 x 81 cm.























Título:


- FRAGILIDAD -


Óleo sobre tabla: 100 x 81 cm.



















Título:


- ECLÍPTICA -


Acrílico sobre aluminio: 150 x 120 cm

REPETICIONES INÚTILES

¿Es siempre lo mismo? El mismo río, el mismo cielo, la misma luz. Siempre es lo mismo y siempre es distinto. Pero pocas cosas cambian, atrapados en un absurdo quehacer diario.




IMPRODUCTIVO

Comer, dormir, trabajar.
Comer, dormir, trabajar.
Comer, dormir, trabajar.

Tiempo.

Dormir, comer, trabajar.
Dormir, comer, trabajar.
Dormir, comer, trabajar.

Tiempo.

Trabajar, dormir, comer.
Trabajar, dormir, comer.

Trabajar. Dormir. Comer.

Tiempo.

Milenios de repetición.
Procesos elementales.
Error de prioridades.
Consumiendo la vida para agotar después la de repuesto.

Aislado, descubrí que no había de repuesto:
ficción durante siglos toscamente elaborada.

Emprendí la huida, buscaba el tiempo.

Hoy he conseguido liberarme.
Derribar los tres pilares que sustentaban la existencia:
Vana.

A cambio, sólo a una cosa he renunciado:La vida

LA INGNORANCIA ES EL SUSTRATO DE LA FELICIDAD

¿Qué es mejor, saber, no saber, conocer, ignorar, aprender, olvidar?
Las preguntas exigen conocimiento, el conocimiento crea nuevas preguntas que el conocimiento no sabe responder. No ha llegado el momento, nunca hay tiempo suficiente.
La ignorancia no se interroga, y cuando lo hace es por error. No tenía ninguna intención de preguntar nada porque no quiere saber. La ignorancia no hará personas libres, pero... ¿felices?




VERDAD O MENTIRA


¡Estudiad! ¡Estudiad!
Estudiad, que la verdad os hará libres.
Falso.
La verdad os convertirá en reos de la desilusión y el desencanto.
La verdad os sacudirá el sopor de los ignorantes,
el absurdo de los necios,
la fe ciega de los crédulos,
la felicidad de los pasmados.

La verdad pesa como un ancla.
Paraliza como herida de muerte.
Apesadumbra cual peor noticia.

¿Será verdad, que verdad no hay más que una?


kisses and huggings

miércoles, 25 de febrero de 2009

VOY ARRASTRANDO LOS PIES

Largo antipoema como largo es el deambular por la enfermedad descrita en él. Al final del mismo se dice cuál es el mal que padece el narrador.




DONDE SE ESCONDE LA LIBERTAD


Te veo partir, aunque ya no lo entienda.
Al tiempo,
escurre la lluvia por el cristal de mi ventana como se escurren mis recuerdos.
Como te escurres tú.
¿Y tú?, ¿ quién eres tú?, me pregunto.
Pero estas dudas tardan poco en disiparse:
se van como la memoria, como el humo.

Sé que pronto vendrá alguien y ya no habrá ventana.
Que oiré sus voces, ¿será por cariño que me hablan?
Que sentiré sus cuidados, el calor de sus manos,
la tibieza de unos besos asépticos:
ya no me besan con amor, éste todavía puedo distinguirlo.
Y los hilos del compromiso mueven sus labios.
Sé que mi ser es una carga de trabajo.

Igual que cada día, se empeñarán en sacarme de paseo
pero yo no quiero.
Ellos no lo saben porque no me preguntan
y no me preguntan porque no respondo:
ya lo he dicho, como el humo.

Me agarran fuertemente del brazo, me tiran, me empujan.
Que me de el aire, dicen; pero yo no quiero.
En realidad no quiero nada.
O ni quiero ni dejo de querer.
Ya no veo la diferencia entre una cosa y otra
pues hoy en mi vida no caben distingos;
y menos aún voluntades.

Mi voluntad se fue hace tiem­po.
Con mis ideas, mis ilusiones, mis esperanzas...
Todo se perdió en el mismo viaje hacia la oscuridad total.
Hoy mi mente es kilo y algo de re­quesón
deshaciéndose en un frágil recipiente óseo.
Se pasó de fecha.

Al principio sólo eran unos pequeños despistes
me daba cuenta y corre­gía.
Después perdí el sentido de qué era un despiste y qué no.
En rea­lidad mi vida pasó a ser todo uno.
La concatenación de ideas confusas
una vaga noción del correr del tiempo
lapsus discontinuos en la arena de la vida.
Como un saltamontes caía sobre horas al azar
dejando enormes huecos en medio de mis días.
Charcos de silencio en el camino que pronto aumentaron de tamaño.
Lagos donde mi orilla estaba cada vez más lejana
hasta que me hundí en el océano total.

Y los recuerdos, ¡ay¡ los recuerdos.
Tan vivos que podía agarrarlos
más nítidos cuanto más lejanos.
La niñez... tan presente como cuando existió:
setenta años antes.
Por esto me decía que no, que lo mío no era mala memoria
porque si lo fuese no podría ser que...
que lo que ocurrió hace tanto tiempo estuviera tan claro en mi mente.
Mis risas, mis juegos, mis gritos y alegrías.
Mis juguetes, mis ropas, mi pueblo y mis amigos.
La felicidad conservada en tarros muy pequeños.
Pura mermelada de la abuela.
¿De pera o de manzana?
Y una gran rebanada de pan untada con mesura
pues eran duros tiempos.
Pero no importaba
porque más dulce era su amor:
el mejor alimento de mi infancia.

No, no podía ser mala memoria
si mi abuela todavía estaba ahí, la pobre,
¡tantos son los años que se fue!
Mirándome con una sonrisa mientras yo cocinaba el arroz viudo,
el de los viernes,
que viene el novio de mi nieta.

Sin embargo... lo hecho el día anterior...
quedaba un poco más con­fuso.
¿No fue ayer que cociné este mismo arroz?
Entonces... Será la edad.

Y mis dudas quedaban en secreto,
no fuera mi familia a preocuparse.

Miro por la ventana
donde las rayas de las gotas son pequeños barrotes.
No puedo salir de este lugar, no sabría encontrar la puerta.
¿Qué es una puerta?
¿Cómo se abre y con qué parte de mi cuerpo?
Porque... yo tengo un cuerpo, ¿no?

Todo lo que viví pasa hoy a cámara lenta
es una vieja película de cine mudo donde incluso la velocidad se está
perdiendo.

No hay voces, no hay música.
Sólo me quedan algunas imágenes.
Mis nietos, mis hijos, mis abuelos...
desfilan ante mí en un angustioso silencio.
No me pueden hablar esos rostros que se mezclan y confunden
que se alternan con lugares y vivencias.

Aquella vieja casa.
Después el piso en la ciudad, tan pequeño.
El estraperlo, el pan moreno,
el sebo para guisar, la cocina de carbón.
La sopa para comer, el huevo pasado por agua para cenar.
El hambre. La miseria.

El hambre de los pobres no es la misma
su miseria tiene una dimensión más profunda.
Su miseria es un abismo.

Pero la supervivencia se agarra como un escalador en una chimenea
y compensa mares de penas con gotas de felicidad.
La felicidad del pobre puede ser blanca,
escondida en el último sorbo de un tazón de leche.
O como el oro en el orujo de la oliva untando un pan de varios días.

Las visitas a la beneficencia
la caridad de los que tenían y de los que no
los zapatos de segunda mano y la ropa de tercera.
Todo lo superamos. Trabajo sobre trabajo aseguró nuestra prosperidad.

No podía ser de otro modo porque no se podía estar peor.
Años interminables de esfuerzo nos sacaron del barranco
para dejarnos en la cuneta.
Pero era algo.
En realidad lo era todo, cuanto podíamos soñar.
Los sueños del pobre también son pobres.

Y comenzamos a vivir dignamente.
La ropa se hacía en casa y la tela era nueva.
El sebo quedó para la comida del perro
el pan dejó de ser oscuro.

Pasaron los años sin dejar de luchar
pero sin uñas ni dientes.
Bastaban las manos porque hasta la lucha era más digna.

Y el cuento de la lechera nos hizo pensar en la vejez.
Estare­mos juntos, y yo te cuidaré.
El amor durará siempre y el calor de la familia superará al frío del invierno.

El brillo en los ojos de los nietos
la envidia de los días de verano.

Pero no te cuidé.
Y tampoco envejecimos juntos, no tuvimos oportunidad.
A ti te llevó el cáncer y yo me perdí en mi propio olvido.

A todo vencimos menos a la enfermedad:
última marejada de una vida de tempestades.

Dice mi hijo que ya no sonrío.
Que no quiero pasear. Que voy arrastrando los pies.
Que no tengo apetito. Que ya no hablo.
Que mi mundo es un mundo de tinieblas.

Yo no lo sé.
Lo cierto es que no sé quién soy, ni siquiera si soy algo.
Y cuánto durará ése algo en la memoria de los demás
pues mientras dure habré existido.

Mi vida ya no me pertenece porque yo no la recuerdo.
Es parte de la vida de los otros
que son los que entre todos juntan mis pedazos.
Superando el dolor reconstruyen las ruinas del hogar de mi existencia.
Ellos... también necesitan saber que he vivido.
Pertenezco al patrimonio familiar,
pero los recuerdos son tan frágiles y están tan repartidos
que mi presencia se volatiliza como el éter.
Me pierdo en esta quimera donde estoy vivo y sin embargo no tengo vida.
Donde vivo y sin embargo no existo.
La vida es un ciclo, y conmigo se cerró el círculo.
Vuelvo al punto de partida, el instante donde arranca mi niñez.
Cuando era alguien que comía y dormía sin saberlo.
Busco la postura fetal: un último gesto antes de la muerte.

Pero si entonces sumaba conocimientos
hoy con prisa los resto. Los olvido.
Cada vez más profundo en este océano de misterio
pasé por todas las etapas de aprendizaje de mi infancia.

Olvidé sumar, olvidé vestirme, olvidé hablar.
Olvidé quién era.
Ya muy cerca del fondo
en ese lugar impenetrable para la mente lúcida,
volví a comer con los dedos, dejé de correr, de caminar;
caí y ya no supe levantarme.

Hoy floto en un líquido oscuro y espeso.
Las voces, los ruidos y los golpes se filtran a través de esta sustancia
llegan en forma de ligeras perturbaciones a mi murmullo interior.
Otro lenguaje, otras sensaciones.
Chispazos e interferencias que me alcanzan... ¡desde otro mundo!

Ahora que no me preocupo de nada
que esta sustancia amniótica me alimenta y que no necesito pensar
he encontrado un nuevo estado mental.
En él no queda sitio para el temor, para los altibajos de mis emociones.
El paraíso donde no existe el sufrimiento ni la pena.

Somos un etéreo dispersándose en un éter.
Fundiéndose mi energía con todo el universo.
Vuelvo al polvo y las estrellas.

¡Ahhh!... cuando todos se van
cuando nadie me habla y atosiga, disfruto de la calma total.

Sé que no pueden entenderlo.
Que para ellos soy su mayor sufrimiento porque acabaré en un
despojo inmóvil, lleno de llagas.
Que sentirán lástima por mí; y también asco, no me engañan.

Sin embargo, todo lo comprendo.
Y esto es porque a todos he olvidado
porque he conseguido borrarlos de mi pensamiento:
ya no pienso y ya nada entiendo. No es necesario.

He vuelto al universo fetal y, por fin,
mi mente ya no es parte de mi cuerpo.
Nada duele pues nada siento.
Cada día es un paseo por el fondo,
nada veo porque el mundo me es ajeno.

En cambio, ellos, quisieran sentir esta dicha.
Aquí no hay fraude, no hay engaños.
No hay miedo, no hay tristezas, no hay heridas.
No hay fracasos, no hay envidias.
Ya no sangro y mi alma ha dejado de sufrir.
La felicidad perpetua es el olvido.

Allá arriba, en el mundo,
quedan de mí un carnet de identidad y unos enseres:
inútiles objetos que delatan lo que fui y cómo viví.
Sumarias pertenencias de quien fue breve.

En mi condena está mi triunfo: prescindir de lo que soy y lo que no.
No preguntar para qué estoy aquí, para cuánto tiempo y para quién.

Sin compromisos.
Libertad.

Esta soledad es absoluta, es la más grande.
Donde hasta yo me he abandonado.
Me he desprendido de mi ser y mis angustias.
Por nada volvería a ser lo que fui:
una persona.

Y en este camino por el túnel
voy dando con todas las respuestas.
Y las grandes preguntas caen una a una:

Que el sentido de la vida.... es ignorarla.
Que la familia te quiere si estás lejos.
Que los hijos los tuve por el egoísmo de tenerlos
y el mismo favor hoy me es devuelto.

Que es la mayor de todas las falacias el amor.
Que la felicidad siempre está en un doble fondo.
Que el destino del hombre no está en este mundo
y que detrás de éste no hay ninguno.

Hoy mi universo es diferente. Formo parte de otra dimensión.
Siento un nuevo bienestar...
Soy un enfermo de Alzheimer pero...

Hoy

He encontrado la paz.



kisses and huggings.

AUTOCRÍTICA DESPIADADA

Muchos de mis antipoemas tienen un punto autobiográfico, cruzando la exageración y haciendo herida en los defectos. Flagelando un perdón que nunca llega.
Este es uno de ellos.





CONTENIDO

Ha llegado el momento de hacer balance
de buscar en mis bolsillos.
En el maletín de viaje.

Lo que haya acumulado
Lo que más he valorado.

Ha llegado la hora de sincerarse
de decir la verdad sobre mis triunfos:
Acumulación de los fracasos.

De significar las pertenencias
y valorar las posesiones:
Ir y venir de este acumulativo inútil.

Las mentiras que he perseguido.
Todas las que me he contado, y defendido

Ha llegado el día para ser juzgado.
Dónde mi piedad, mi compasión.
Por qué si nunca quise perdonar
oculto ahora mi codicia, mi egoísmo, mi ruindad.

Siempre generoso en la mentira,
hábil en el silencio que no otorga.
Sordo ante las voces que reclaman
ciego a las manos huesudas y extendidas.
Ausente ante el dolor que me es ajeno,
fugado del compromiso solidario.

Qué fue de mis promesas
Dónde dejé la honestidad.
Cuándo perdí mi lealtad.

Ha llegado el día de hacer balance,
La hora última para ser juzgado.
Y condenado.

Condenado a seguir viviendo.
Viviéndome.
Condenado a no poder contar
Sino conmigo.



Kisses and huggings.

BREVES

PARADOJA


Si somos legión los perdedores
¿cómo es que,
siendo tantos,
nunca vencemos?



GENIO

El talento es la pesadilla de los mediocres
y el dulce sueño de los genios.

HOMENAJE A QUIEN SE SUPO LEVANTAR

Este antipoema se lo dedico a una persona muy querida, que ya lo recibió en su momento, y que espero supiera entender cada frase y cada punto. Cada ausencia y todo lo no contado: clamando como no puede lo que sí está dicho.



A ENRIQUE



Yo que nací con los últimos fríos del invierno,
cuando aquellos inviernos verdaderos eran sólo para valientes.

Yo que nací entre Novillas y novillos,
entre ovejas y cabras y burros y mulos.

Yo que me crié en campos de sequía y escasez
de hambre y de miseria,
cuando el hambre era hambre verdadera,
y la miseria algo infinito.

Yo que jugué y trabajé y jugué a que ese quehacer
era algo divertido.
Cuando los juegos eran sencillos
pues antes fue el juego que el juguete.

Yo que, sin saberlo, caminé entre dinosaurios y,
como ellos, corrí, grité, lloré,
huí de casa para encontrar la paz.
Como dinosaurios volé para escapar de la destrucción,
la agonía.
Tal vez la muerte.

Yo que en esos tiempos oscuros recalé en una Venta
donde encontré a mi hermano.
Y que en esa Venta ahogué mi infancia con un sudario negro.
Huyendo disfrazado, cubierto,
con la piel de otro hermano.

Yo que a tiempo solté aquella nueva amarra.
Y amarrados, como hermanos,
marchamos a conquistar la ruta charra.

Yo que atravesé el tempestuoso pasillo
donde se perdieron las vidas y conquistas,
que crucé el Canal sin Mancha y regresé victorioso,
llenos mis baúles con el botín de una experiencia
jamás antes contada.

Yo que en el verano de la vida hallé el amor tardío
la ilusión de la progenie,
el envejecer juntos.
De juntos ante el fuego hacer migas a los nietos.

Yo que anticipé el otoño en las tormentas de verano
Que miré al abismo de la soledad,
Que caí en él.

Yo que me precipité al fondo donde vagan
los que se llaman a sí mismos perdedores.
Que saboreé la amargura de los sueños rotos.
Que vi llegar el final de los días,
el abandono de todo lo que creí inmoto.

Yo que sufrí como ya había olvidado,
que, de nuevo, tuve que abandonar la casa
para encontrar la paz.

Yo que dejé la senda de los derrotados
Que arrastrándome salí de aquel valle de vencidos
para recuperar mi vida que ya no era mi vida.

Yo que vuelvo al invierno en que nací.
Más cansado pero casi entero.
Que de entre todos los pedazos supe abandonar lo intrascendente.

Yo que recuperé mi zurrón,
humilde herencia de pastores,
para llenarlo solo con lo importante.
Que después de tanto andar por fin hallé mi caduceo.

Yo que entre las arrugas y las canas del tiempo ya pasado
he reencontrado una ilusión calmada
que no me inquiete,
pero que me estimule y me despierte de mañana.

Yo, ahora sí,
Sé que puedo decir
Que yo he vivido.


CON CARIÑO.

Kisses and huggings.

ÓLEOS Y DESÓLEOS


Ahora toca una de cuadros. La pintura, surrealista, amable, luminosa y superficial, aporta lo que los antipoemas roban: vitalidad. Optimismo.
Así que entre los dos palos me muevo, para no perder demasiado el equilibrio. Por otra parte, proeza sólo reservada a los más expertos "equilibristas del circo". Que por algo han hecho de ello su profesión, los espectadores se maravillan, y todos aplauden.
¡¿Será que mantener el equilibrio, permanecer erguido ante los zarpazos de la vida, es toda una hazaña?!
Este fue un retrato de una fotografía que hice a un viajero del tren en Londres.

Título: - RETRATO DE UN LONDINENSE ANÓNIMO -

Óleo sobre lienzo: 81 x 60 cm










Título:


- CAYENDO,LAS HOJAS -


Óleo sobre tabla: 81 x 60 cm.














Los rostros marcados por el paso del tiempo siempre me han entusiasmado.
¡Tienen tanto que contar si sabes leer entre sus arrugas y pliegues!


Título:


- CUÁNTOS COLORES PERDIDOS -


Óleo sobre tabla: 100 x 81 cm








Título:


- AL -Acena -


Acrílico sobre tabla: 81 x 60 cm
















Título:


- Ain´t my life? -


Óleo sobre tabla: 100 x 81 cm.











Kisses and huggings.

ROMANA

Artilugio para calcular pesos, por comparación, utilizado por los romaos. De ahí su nombre, claro.
Con esta idea en la cabeza, traté de mostrar el difícil equilibrio que nos mantiene cuerdos. O al revés, la fina línea que nos separa de la no cordura.
Si somos un complicado cóctel de sustancias químicas segregadas continuamente por nuestro organismo, que sorprendentemente se mantiene estable, qué poco nos falta para que ese torbellino de aminas nos perturbe de tal modo que dejemos de ser nosotros mismos. Por esto, afirmo que no somos libres ni aun cuando estamos absolutamente convencidos de serlo: ni siquiera en ese indefinible punto de equilibrio absoluto podemos decir que es real nuestro libre albedrío.
Las decisiones que tomamos están fuertemente influenciadas por el equilibrio, o desequilibrio, químico que nos mantiene vivos. Lo que hoy defendemos con la vida, mañana tal vez despreciemos con igual intensidad. Si es que ayer no perdimos esa vida en la defensa de una idea efímera.
Nada perdura, nada sobrevive. Todo desaparece, o desaparecerá.






ROMANA

Me inclino hacia atrás y el oscuro vacío me intimida
Me vuelco hacia delante
y el negro agujero de indefinición me aterroriza.
Imposible mantener el equilibrio
en la balanza.

Cargada con las dudas un extremo.
Sobrada de confusión el otro.

Difícil mantenerse entero
ante la inexistencia.

Miro hacia atrás
y me mareo.
Miro hacia delante,
y se me nubla la vista.

Imposible recuperar la cordura
de los momentos lúcidos.

Improbable no perder el equilibrio
Distinguir entre lo importante y accesorio.

Vivo en el abstruso perpetuo.

No es fatal lo que surge de la fatalidad.
Es lo que no podemos discernir.
Es perder el equilibrio
Atrapado en la omisión de ayer
o en la falta de mañana.

Caigo hacia atrás y el oscuro vacío me engulle.
Me lanzo hacia delante
y la trampa del porvenir me devora.

Nada es suficiente y todo sobra.


Kisses and huggings.

PRIMER DÍA DE UNA NUEVA ERA.

Hola people:

Sin duda este es el primer día de una nueva era. El tiempo dirá si fue para bien, mal, o nada. En cualquier caso, saludo a los visitantes, esperando que lo disfruten, compartan y cuenten.
Este será un blog dedicado a mis pensamientos, narcisismo puro, en forma de antipoemas, escritos varios y cuadros. Todo ello surgido de la mano del abajo firmante.
Con el tiempo, y según vaya yo degenerando, veremos cómo evoluciona esta historia, que ahora es corta, pero tiene voluntad de continuar.
Kisses everybody.
Hoy empiezo con unos antipoemas, breves extractos de pensamientos en decadencia. Miradas al vacío tenebroso, al fondo de un abismo arriesgado y por descubrir .
Antipoemas de desencanto, desamor, desencuentro y "desepsión". -No sabía cómo encajar esta palabra, leñe. Una licencia antipoética.-
Espero que no se os atraganten, para que os apetezca seguir viniendo a visitarme.
Va el primero, y "Va por uztéde."
BIENAVENTURANZAS APÓCRIFAS

Bienaventurados los progres de corazón
porque de ellos será el reino de los dibujos animados.
Bienaventurados los ingenuos
porque de la estulticia extraen la felicidad perpetua.
Bienaventuradas las putas
porque nadie como ellas conoce el sexo con dolor.

Bienaventurados los cobardes
pues en sus hombros se sustenta el reinado del tirano.

Bienaventurados los perdedores
porque engendrarán las sociedades que poblarán la tierra.

Bienaventurados los orgullosos
pues sólo ellos dan respuesta a todas las preguntas.

Bienaventurados los ladrones
porque con el dolor ajeno hacen su fortuna.

Bienaventurados los borrachos
porque en su delirio quiere la vida serles devuelta.

Bienaventurados los desconfiados
porque así evitarán el amargo sabor de la traición.

Bienaventurados los traidores
sienten deleitosa su felonía, es agraz para el burlado.

Bienaventurados los demagogos
porque conquistarán una victoria que la sinceridad esquiva.

Bienaventurados los clarividentes
porque fagocitan la evidencia para regurgitar una historia nueva.

Bienaventurados los sabios
porque pronto aprehenderán la futilidad de la existencia.

Bienaventurados los tontos
porque nunca comprenderán la levedad de su existencia.

Bienaventurados los mentirosos
pues evitarán la amarga ruta que la verdad ofrece.

Bienaventurados los frívolos
porque la superficialidad no cura heridas pero tampoco sangra.

Bienaventurados los canallas
porque de los daños a terceros arrancan a mordiscos un seguro.

Bienaventurados los devotos
porque el engaño de la vida eterna vuelve soportable la finita.

Bienaventurados los ateos
porque la certeza de una vida corta la hace soportable.

Bienaventurados los dibujos animados.
Porque nada hay más indolente que un corazón de cartón.
Kisses and huggings.