domingo, 28 de noviembre de 2010

DEMOS


DEMOS


Democracia putatita, mal parida. Siempre hija de tiranías.
Que contestona y rebelde a los padres de la patria fusilaste.
Finges igualar a todos con el regalo indiscriminado del voto:
te deciden igual el catedrático que el tonto.
Y aquí es donde bajas tu precio y te conviertes en saldo.

En vilo mantenida por idiotas que populistas manejan.
Por apáticos que oradores convencen.
Democracia corrupta y pervertida.

Democracia lisonjera que la hemorragia de tus ubres
amamanta parásitos sin remedio que los extermine.
Que disfrazada con los nobles ropajes que tu causa protege
acorralas a las clases que trabajan.
Persigues y sangras.

Democracia malhumorada, finalmente desencantada.
Deslenguada, mal hablada. Desbocada y desprestigiada
con la masa de necios que te quitan y ponen gobierno.
Que no es lo mismo que dueño. A éste,
te lo imponen los que contigo juegan:
el poder y el dinero.
O tal vez el poder del dinero:
el verdadero que manda.

Democracia que te has vendido al mejor embaucador.
Que te has envilecido elevando la mediocridad
a la categoría de estándar.
Te han seducido los sueños que no eran sino propaganda.
Y el poder de los medios que te llevan en volandas:
hoy te mantean mañana te apalean.
Cada noche te usan humillan y sodomizan
por sus alcobas y almohadas.

Democracia ciega y por eso injusta.
Sorda y por eso decepcionas.
Que abiertos tienes dos burdeles donde te soban y violan
a tiempo parcial.
Aquellos que a tiempo completo por tu nombre viven
y del pueblo se mantienen.
Y luego dicen que lo defienden:
una vez más con tu nombre escrito en la tarjeta de visita para huéspedes.
Que lloras cuando dices que ríes.
Que cuando ríes lo haces por no llorar.

Democracia refugio de esclavos. Sólo de los que no mataron.
Que por verte engordar nos tienen a todos atados.
Obligados en tu nombre a ser felices,
con la amenaza perenne de cuán fácil es empeorar.
Democracia cobarde que no te atreves a mandar sobre un pueblo
que necesita ser gobernado pero sin ser escuchado:
pues entonces no es posible gobernar. Sólo claudicar.
Otra vez el voto de los imbéciles los mentecatos los bobos los tontainas.
Los cretinos los títeres los engañados. Los infelices:
infelices por ingenuos y por no felices.
También los revanchistas los interesados,
interesados en verse aprovechados.
Los desencantados que juran esta será la última.
Hasta que llegue la próxima y te vuelvan a votar.

Que a los inútiles das pábulo y a los talentosos patíbulo.
Y no te parece un escándalo.
Apadrinada por oportunistas e intrusos:
tantos como a la gesta de tu alumbramiento no acudieron
no fueras a morir en el intento. Y ellos contigo presos.
Después de tanto sufrimiento.

Democracia que te arrastras por el lodo de la demagogia
y te ahoga el abrazo de la hipocresía.
Acribillada por los enemigos del cambio.
Dinamitada por los resentidos y de los tiranos amigos.
Que llegaste en un sueño de libertad
y te has convertido en pesadilla de la realidad.

De ti no podemos escapar, porque en esto del gobierno
aún está todo por inventar.

domingo, 21 de noviembre de 2010

REVENTÁ


REVENTÁ


No sé los años que tuvieron que pasar
para tomar la verdadera dimensión
de mi existencia o mi ausencia y mi yo.
Acostumbrado estaba a vivir bajo un yugo
de insolencia, de egoísmo. De violencia.

Maltratado y despreciado por un ser que no era ser,
sino insulto y malquerer.
Así las cosas, sólo podía perder.

Definitivamente, el amor ciego te vuelve idiota.
Y de idiota en idiota hice mil idioteces cobardes
y sólo una sensatez valiente:
poner a todo aquello, punto final.
Comenzar otra historia, con letra capital.

Vivimos ahora otra novela.
Escribiendo juntos la trama de un relato
para el que no hemos previsto final.
Tampoco la razón por la que deba terminar.
Entregados como estamos a un historia por entregas:
fieles al compromiso no firmado semanal.

El éxito, está siendo total,
no en forma de best seller:
ni estamos en venta ni nos han comprado con prebendas,
por eso lo llamaremos best lover.
Prensa especializada lo destacará como el mejor Best Value
for no Money.
Tanto, que has dicho estar reventá:
de amor satisfacción orgullo.

Lo mejor, que no he hecho nada especial.
Salvo, según tu opinión de experta parcial,
ser especial.

Y de especial a especial te tiro porque me toca.
Y me dejas y me tocas.
Así han cambiado las cosas:
ya sólo puedo ganar.
Ganar confianza, seguridad, querencia:
por mí y mi existencia.
Una novedad.

Colgado hemos el yugo en lo más alto de la pared de la entrada:
que todos sepan que aquí no hay nadie que manda.
Que todo lo nuestro es consenso.
Consenso sentido y respeto.
Hemos dejado en la calle lo que para esto sobra
pues con las sobras sabemos que viven otros.
Pero no los envidiamos.
No es esa la vida que para nosotros queremos.
Y allá donde vamos se nota que nos queremos,
que juntos nos sobra talento:
son éstas sobras que no tiramos.

Por eso estamos como estamos:
¡estamos que reventamos!

Dame, dame la mano. Que no quiero perderte de mi lado.
Que nada reviente el sueño.
El sueño que es verdadero.

martes, 16 de noviembre de 2010

CABINET


CABINET

Conocí Al César en el Madrid de los locos:
algunos más que otros.
Fueron buenos días, porque pocos.
Reímos comimos bebimos nos quisimos:
ahora entiendo cuánto y porqué.
No nos despedimos con un apretón de manos. Por escaso:
yo le di un abrazo.
Él me pellizcó en el culo.
Ni lo entendí ni me gustó. Por exceso.
Lo olvidé.

No volvimos a vernos hasta pasado un año.
Tampoco vino solo. Por solitario.
Una obviedad.
Con mi guardia baja, dejé,
otra vez la confianza otra vez,
que me abrazara nada más verme.
Él colgaba de un bastón: reuma de senectud.
Pañuelo al cuello: nostalgia de juventud.
Cagao vaquero: sueños de rebeldía. Cassual Look.
Metrosexual: ideales de seducción.
Edad para la confusión.

Reaccioné a tiempo, salí del local. ¡Aire, que corra el aire!
Casi me ahoga con su intento de beso en boca.
Reflexioné y recordé. Comprendí.
Sentí gozo. El gozo intelectual de averiguar la razón.
La causa, el origen. La motivación.

Cortés pero valiente, volví a entrar.
Me presentó a su amigo. Lo suponía.
Traje de hombre, camisa de hombre. Zapatos de joven.
Piel cabello cuerpo de joven.
Amante de letras. Perfumado con Tinta Negra.
No podía ser de otro modo. Llámalo coherencia.
Buen escuchante. Observador distante.
Conversador interventor. Oportuno, nunca invasor.

Tal vez para no olvidarse, El César,
de que un día también lo fue. Joven.
Desvía hacia el opaco la mirada con los años.
Retrocede el deseo a un tiempo ya pasado y enterrado.
No quiere perderse en el olvido del tiempo.
El César.

Conversamos, bebimos, comimos. Nos reímos. Otra vez.
Fumaron. Esto es nuevo.
El tiempo escapa, los años cansan. Al César también.
Refugiándose ahora en el consuelo del joven.
Ya en Madrid lo vi, también refugiarse,
quizás esconderse
en aquel armario andrógino y largo.
Luminoso, sin embargo.
Y lleno de trapos raros.

- He salido, me dijo.
Arrebatado de sinceridad y de croquetas.

- Lo sé. Respondí. Lo he notado.
- Los años, ya sabes. Me han hecho viejo.
- Y claro.
- También, también claro.
- Me muero ahora por este chaval. Ya lo ves.
- Yo te ignoré en este campo:
donde los amores nacen se culminan y mueren,
con la semilla de un solo género.
Créeme, fue sin saberlo. Puede que fuera el contexto.
- Tú eres un comemierda:
te llevaste lo mejor de Cuba sin siquiera saber dónde estaba.
- Cierto. Ya pedí perdón por ello. Y siempre que puedo y me deja,
la consuelo. Sacrificado expío la culpa.

- Descanso ahora más tranquilo cada noche.
- Supongo. Y aliviado.
- Es verdad. No veas cómo me alivia. ¡Su vigor!
- Su juventud. Que como toda juventud mata.
- Mata al que no la tiene. Por eso me he blanqueado.
Quitarme esa oscuridad.
- ¿También tú?
- También. A él le gusta. Le pone. Y luego me pone.
Que es lo que a mí me pone.
- Al menos usarás protección.
- ¿Me estás llamando maricón?
Pues lo soy. También valiente.

- ¿Cómo has dicho que se llama?
- Dante.
- Lo suponía. Tienes cara tú de receptante.
- Cara y culo, cabrón. Ya que nos sinceramos.
- Y culo también. Ya que hablamos como hermanos.

El César le dio la mano a Dante.
Éste se la restregó por el cuerpo.
El cuerpo insultante varonil vigoroso fuerte de joven.
Con chocolate y helado.
El César le miró reptante.
Los dejé dándose un beso largo.

Me enseñó El César las cuatro caras del amor.
O cómo hacer el amor a cuatro patas y un bastón.

Pero a mí me bastan dos. ¡Y por esto no pediré perdón!

miércoles, 10 de noviembre de 2010

PECES Y GUSANOS


PECES Y GUSANOS


Qué puede hacer un pez,
grande,
en un estanque ,
pequeño.

Cómo zafarse de la mediocridad reinante,
también la realeza, también.
Por mucho que se maquille disfrace adorne y enjoye.

Mediocridad rampante y galopante. Pa lante, siempre palante.
Que la ignorancia es la más universal ONG sin fronteras:
temeraria pandémica y crónica.
Para el vector, nunca letal. Sólo el entorno.

Cómo limpiarse la suciedad que nos impregna cada día.
Destilada de filtraciones de detritus entre montañas de desechos
podredumbre y mezquindad.
Cómo no contaminarse con tanto caminar descalzo y sin protección
entre la basura de vulgaridad amontonada en cada calle,
cada esquina y cada playa:
flota la zafiedad sobre las aguas como lo hace la mierda.
Y allí donde va, se queda.

Cómo librarse de este acoso que no cesa.
De la persecución de los torpes,
el sermón de los cretinos,
las repercusiones de los idiotas,
el discurso contagioso de los imbéciles.

El mundo avanza gracia sal empuje de las pocas mentes que piensan,
El resto es carnada de obrero.
Sólo útiles para engrasar la maquinaria antes de que éste los haga picadillo.

Y sean devorados por los cerdos.



GUANTANAMERA


GUANTANAMERA


Guajira dónde vas. Dónde vas guajira con tu alegría y tu buen humor.
Abandonando la tierra que te parió:
culta azucarada esmeralda y húmeda;
y las aguas que tu cuerpo tantas veces amaron.
Aguas cálidas, aguas bravas. Aguas turquesa.

Dónde vas guajira de bata blanca y botas altas.
Que a todos puedes mirar desde el cielo aunque vayas descalza.
De mirada limpia y manos de seda:
que con aquella me arrebatas y con estas me acaricias y matas.

Guajira dónde vas con tu honradez tu paciencia y tu ciencia.
Tomando de este mundo consciencia
y sin poder olvidar tu conciencia.
Tal es la impronta que dejaron en ti las vivencias.

Dónde vas guajira, que lo más querido no te pudiste llevar,
y tu corazón rompiste así por la mitad.
Esto, esto no lo puedes negar. Aunque sea yo hoy
tu otra mitad. Parecida pero no igual.

Guajira dónde vas con tu maleta
de viaje. Decidida guerrera y valiente.
Tú sola ante el mundo, y su oleaje.
Que para ser libre, de pensamiento y de obra,
tuviste que esclavizarte.:
del trabajo con su salario.
Cambiando un buen fardo de días por un puñado de sobras
que se le caen al erario.

Dónde tú vas guajira, dónde tú vas,
que abandonada a tu suerte cruzaste el último puente.
Y da igual como fuera, pues siempre dirás que fue buena.
Aunque en esta morada que hoy vives
no hay mar ni haya playa.
Tan solo y no sé si esto te gusta,
paisajes de media montaña.
Tampoco los mimos de madre, ni los sabios consejos de padre.
Y yo para compensar, quiera hacértelo todo.
Sin que me acusen de incesto, que también esto,
por suerte y supuesto, yo quiero estar para esto.
Ni la conga la cumbia el sonson,
tampoco Me Voy Para Varadero,
que aquí si quieres folclore alegre y bailable,
tiene que ser contrabando.

Ni siquiera, los muy pendejos, valoran lo que tú vales.
Abstraídos como están en los programas de mierda
que por la tele nos sueltan con todos sus comemierda.
Aquí que la única prensa libre, la llaman color de rosa.
Tú que pensabas que la mordaza a las letras,
era cosa de tiranías.
Por no hablarte, pues ya lo vas descubriendo,
que detrás de cada grupo de siglas,
se esconde un nuevo impuesto
y no un juego de letras.
Estas sí que con sangre entran.
Huiste de lo que más odiabas porque el cuerpo te lo pedía.
Dejaste lo que más querías porque en la maleta no te cabía.
Y aunque no tengas un kilo, de los que quieren los bancos,
te has vuelto capitalista:
única alternativa para no morir comunista.
Así que debes hacer balance,
con debe y haber y pasivos y activos.

El mío es muy sencillo:

antes Debí Haberte encontrado
para que juntando pasivos,
el tuyo y el mío,
seamos un gran equipo de activos.

E=mc2


E=MC2


Por la noche eterna del cosmos me desplazo en un viaje infinito.
En mi nave monoparental impersonal
descubro astros celestes nunca antes localizados por la tecnología del hombre.
Ni la imaginación de la mujer.

En los planetas no explorados me detengo buscando algún rastro de vida.
Bastaría un organismo microscópico para no sentirme solo
entre tantos universos paralelos.
No parece esto posible. Hasta el momento.

Paso horas o semanas mapeando, analizando investigando,
cada cuerpo que me encuentro.
Cada cuerpo celeste.
Sin resultado. ¿Será que yo estoy ciego?
¿O no saben descifrar la información mis equipos de medida?
O tal vez buscamos la vida equivocada y no sea el elemento básico el carbono.
¿Quizás el silicio o la electricidad?
Definida está la vida según nuestros parámetros.
Nosotros somos el modelo. ¡Quién lo diría!

Si una estrella que colapsa es una estrella que muere,
¿cuánto tiempo estuvo viva? Si lo estuvo y si nació.
No están claras las fronteras de lo cierto y de lo falso.
Lo real lo imaginado. Lo muerto lo contrario.
Cuando lo inerte permanece inalterable por millones de años,
en comparación la vida resulta un adorno del destino.
Un capricho doloroso de unos seres destinados a sufrir para morir.

A veces hago cambios bruscos de rumbo
intentando sorprender a algún planeta lejano viajando a velocidad luz.
Sin serlo y esto es lo extraordinario.
Cuando lo alcanzo, siempre es lo mismo:
oscuridad aquí y allá.
Pálidos reflejos me dan la percepción visual de la desolación que,
aquí y allá, es la marca del lugar.

Todo este tiempo de viajes en solitario
me ha servido para pensar.
Ya no soy capaz de hablar. No tengo con quién.
Y la nave la gobierno con el pensamiento.
O ella me gobierna a mí, según el momento.

Animado por explosiones de supernovas y estrellas gigantes,
hemos surcado la mitad de un universo por los atajos
de agujeros de gusano. Siempre es lo mismo:
al otro lado, nosotros y el resto silencioso.
La ausencia de gravedad ralentiza el tiempo
y envejezco más despacio.
Me pregunto de qué nos servirá.

miércoles, 3 de noviembre de 2010

GREEN IS THE GRASS



GREEN IS THE GRASS


Aquella mañana de noviembre,
gris húmeda solitaria y fría,
paramos los relojes a la hora señalada.
Retirados a un lado del camino detuvimos el tiempo
como si nos perteneciera.

Como si vivir dependiera de nuestra sola voluntad
miramos atrás con la nostalgia de lo que se perdió por el camino.
Hacia adelante con la intriga de saber qué temor esconderá ese gran desconocido:
llámalo futuro.
Virgencita virgencita no me quites lo que aún conservo.
Que descontados los recortes fugas extravíos y hurtos,
es bien poco. Me conformo.
Que vivir arrodillado, después de todo, no es tan malo.
Nacimos vasallos. Avasallados vivimos.

Ofuscados tal vez con la china del zapato,
y la coreana entre las manos,
ignoramos la presencia de un ser y no ser a nuestra espalda.
De un te quiero y no te quiero o un te quise y no me acuerdo.
Y se nos agrietaron las manos de tanto frotarnos.
Ignoro si fue por ignorancia o ilusión.

Cruzando las alambradas que dividen la tierra privada
fuimos tiroteados por los dueños de esta.
Murió mi acompañante,
mal herido en el suelo quedé yo.

Minutos antes contemplábamos el camino recorrido.
Ahora la hierba cubre mis ojos.
Mi vista lanzada hacia el futuro no supera diez centímetros.
Está bien, pensé. Es verde al menos.
Nacimos vasallos. Moriremos resignados
a compartir las migajas que nos dejen.