martes, 31 de enero de 2012

GOLOSOS



GOLOSOS





Dice mi amiga, de esas de toda la vida.
De la de jugar a canicas al balón a muñecas a cuentos a médicos.
A lovers.
A padres sobresaltados por accidente. Asustados por sorpresa.
A padres separados por conveniencia,
mutuo acuerdo sentido común sensatez y experiencia,
que ando goloso últimamente. Para ella,
más que nunca.
Y hubo un tiempo en que fue mucho.


Dice mi amiga, amiga de toda la vida y más que amiga.
Amiga con deberes,
voluntarios,
y derechos,
obligatorios a rozar,
que ya no me mira con aquellos ojos de cristal ni me siente con aquel cuerpo de modelo perfecta.
Que ahora que esos ojos allí donde miran sólo ven cataratas,
puro paisaje despeñado,
y que su cuerpo está cerca de arder,
no será esta vez de pasión,
cuerpo deshecho y contrahecho con los años del exceso y el abuso,
me quiere más que nunca.
Y aunque no me ama,
como nunca,
aún sirvo para un rato.
Bueno o malo, corto o largo, está por demostrar.


Dice mi amiga que ya se ve en capilla,
y si bien jamás se imaginó de blanco en un altar,
esto de verse amortajada en negro con todos sus amigos llorando y fingiendo,
aún está peor.

Dice mi amiga, agarrando mi mano fría con la suya helada,
que no la deje ahí. Que nos fuguemos.
Como hicimos de pequeños.
Dejando atrás obligaciones, compromisos, normas y leyes.
Relaciones.
Que el tiempo que nos queda quiere pasarlo conmigo,
porque fui yo el único que nada le pidió.


Dice mi amiga,
de esas de toda la vida hasta que la muerte y no la suerte nos separe,
que quiere salir conmigo corriendo hacia el horizonte.
Ese que veíamos quebrado tras los acantilados de roca y turba,
tal vez turbados, asomado a un mar verde cinabrio.
Que recuerda con nostalgia los paseos por el cielo anaranjado,
yo remando, ella soplando al viento.
Que lamenta si alguna vez nos lastimamos el uno al otro el otro al uno,
pero más aún cada vez que nos hemos silenciado.
A veces, más daño hace el olvido que un mordisco.


Dice mi amiga,
ahora que arrojo sus cenizas contra el viento y éste me las echa en cara,
que me esperará sentada en el tiempo. Y el que haga falta.
Para vernos en nuestro habitual punto de encuentro,
ahí donde el sol se esconde cada tarde.


Para que hablemos, nos amemos y luego,
¡qué cojones!,
ella baile su mejor danza del vientre y yo me jarte de dar palmas.


¡Que para eso estamos los amigos!









BEST SELLER



BEST SELLER





Un día de estos tengo que juntar mis papeles,
papeles ropa vieja cosas viejas recuerdos y trastos en general,
y escribir una historia. Mejor que no sea real.
Para que tenga un buen final, a ser posible,
feliz.


Un día de estos tengo que tirar lo que ya no me sirve.
Lo gastado lo usado y desusado lo olvidado.
Incluso, lo perdido.
Para hacer algo de sitio en el baúl de la conciencia,
y poder llenar de culpa el resto de los días.
Que la educación judeo cristiana no tenga un minuto de desperdicio,
que todo será por mi culpa mi culpa y mi gran culpa.
Y lo que no, también.
Tanta búsqueda de la paz a cualquier precio, es lo que tiene.
Pero ya sería bueno cambiar y que los mártires sean los demás.
Sólo para variar, lo digo.


Un día de estos tengo que hacer un resumen.
De los buenos ratos, este será rápido, de los malos.
De los regulares y, que no se me olviden los más importantes,
los fatales.
Con ellos elaborar una historia, mejor que sea novelada,
y reconstruir lo que fue mi paso por esta vida.
Mejor que sea ficcionada. Tendrá más pasión.


La dividiré en tres capítulos, siempre las trilogías me entusiasmaron:
Nacimiento. Vida y muerte. Olvido.


Al primero le dedicaré tres páginas: extraordinario el viaje de la inexistencia al mundo.
Inmerso, nunca mejor dicho, en mi propia dicha temporal. Mensual.
Arrullado a temperatura, salinidad y ph constante.
Defendido de toda agresión externa, incluida la peor:
conversación. Pura contaminación acústica.


Al segundo bastará con una. Pues qué es vivir sino morir.
-esto ya lo dijo alguien pero no quiero ahora recordar quién fue,
por aquello de los derechos y la genialidad anticipada-.
Podría empezar así: aquí vivió y murió quien no fue fulanito de tal
ni señor de cual ni hijo de ni esposo de ni padre de.
Aquí vivió y murió alguien que no fue.
Rápido y sencillo. Pura economía literaria y reducción de los recursos estilísticos.
Minimalismo estético y vital.
Y hoy en día, qué hay más vital que el ahorro de costes. Supervivencia obliga.


Para el tercero he pensado algo especial:
en una separata coleccionable,
publicaremos semanalmente las múltiples,
variadas e ingeniosas formas que, a medias entre la excusa y la necesidad,
hay para dejar oculto tras los muros del abandono a los amigos.
No digamos enemigos.
Con todo lujo de detalles, que se dice en estos casos,
y abundante información gráfica,
haremos ediciones especiales para coleccionistas.
Fans, fetichistas y seguidores en general,
a fin de satisfacer toda demanda, real o potencial.
Crearemos una amplia gama de artículos, atractivos de plástico inútiles,
para llenar estanterías y muebles accesorios en cualquier rincón de la casa.
Con el primer millón de ventas montaremos una cadena de televisión,
emisión codificada y sólo para adultos,
donde los atormentados, los solitarios, los borrachos, ludópatas y drogadictos.
En fin, los desesperados en general,
puedan consultar vía telefónica a minuto de oro,
cualquier estupidez que no tenga explicación.
En ella, el equipo de videntes, astrólogos
y calientapollas sacadas del reality show de mayor éxito,
entretendrán al comunicante el tiempo necesario para vaciarle las cuentas,
la vida y el alma.

Alcanzado este punto, y robado diez millones de almas,
cerraremos el chiringuito y nos esconderemos en una isla paradisíaca.
Paradisíaca fiscal,
donde poder disfrutar el resto de nuestra vida, ya olvidados,
de todo lo que nos pertenece.


Y lo que no.









martes, 24 de enero de 2012

SILUETAS



SILUETAS


 Cómo me gustaría que dejaras de perseguirme.

Que allá donde voy no te encontrara. Delante, detrás.
A veces a ambos lados.


Qué no daría para no verte más y huir de tu presencia.
Esquivarte a la vuelta de la esquina y corriendo por los callejones más oscuros
despistarte.
Es ahí donde creo que te engaño: en la noche cerrada
perdido en un bosque negro entre aullidos de lobo hambriento.
Pero, ¿son ellos o aúllas tú? ¿Quién de todos me devorará primero?


Paso las noches muerto y despierto,
porque no te encuentro y entonces tengo miedo.
Miedo de que por la espalda me asaltes, tu sitio favorito del acecho.
Sé que andas persiguiéndome,
también ahí en el negro bosque de la negra noche del negro lobo hambriento,
porque te veo cuando hay luna plena.
Y solos tú y yo, temo el momento en que te decidas y me mates.
Por la espalda, como siempre haces.


Cómo me gustaría que dejaras de estar donde yo estoy.
De escuchar lo que digo y no opinar.
De aprovecharte de mi esfuerzo para hacer cumbre en cualquier pico.
Alcanzar cualquier lugar. A veces, incluso antes que yo.
A ti qué más te da, solo tienes que esperar.


Eres indecisa, cobarde y perezosa.
Sólo me das cara cuando el sol tengo a mi espalda.
Lo mismo avanzas tumbada que de pie.
Sobre las llamas o flotando en el agua.
A veces veloz, al menos tanto como yo,
otras quieta a mi lado cuando duermo o descanso.
No para protegerme, sino para cobijarte.
Surgiste en cuanto nací. Sólo te irás cuando yo desaparezca.


Cómo me gustaría que dejaras de ser mi sombra,
porque me recuerda que ahí donde tú existes,
yo también.


Porque me recuerdas a mí.









TRIBULACIÓN



TRIBULACIÓN




No hace falta decir que debemos resolver nuestros propios conflictos
antes de seguir con el plan establecido.
Que no habrá otra oportunidad de mejorar la situación
y tampoco nadie a quien culpar.
Se nos caerán los mitos antes de empezar y pediremos a gritos una sustitución, primero de ellos,
luego de nosotros.
Mejor que alguien ocupe el puesto, que el destino ya no es nuestro.
Decididos a no colaborar e impelidos por una causa justa
abandonaremos cualquier toma de decisiones sin discusión ni debate.
Dejaremos atrás cualquier referencia, cualquier cuenta.
Más si es la cuenta atrás. Que nada ni nadie indique el ritmo.
No nos marcaremos objetivos ni fecha de inicio.
Menos aún de terminar lo que no ha hecho sino empezar.
Acabaremos con todo, por tanto, dejándolo de lado.
No queriendo con ello que tú estés de nuestro lado,
si el problema es una esfera, ¡qué lado vas a separar!

Dejaremos, entonces, de pensar más en ello. Pues ni nos va la vida,
ni lo contrario.







lunes, 23 de enero de 2012

INTENCIONES. Alguna buena



INTENCIONES. Alguna buena



Has cuidado en no poner primero el pie izquierdo al levantarte de la cama.
Que sea hoy un día completo.
Mejorable como siempre, pero pleno.


No se cayó la pasta de dientes, no hay problemas de estreñimiento
y el agua de la ducha estaba caliente.
El azúcar del desayuno no se derramó. Tampoco el café te manchó el traje.
Una novedad.
No has olvidado en casa ningún papel importante.
Ni siquiera las barritas energéticas, dos: almuerzo y comida,
que la báscula ha sido amable y dicho que el esfuerzo está valiendo la pena.
Suave descenso constante.


El tráfico ha ido bien. En la radio
aquella canción que tanto te gustó en tu juventud. La habías olvidado
y la comprarás por internet.
Aparcar, a la primera y bajo techo. Pura lotería.
El celador te ha abierto la puerta con una sonrisa,
que tenga usted un buen día.


En la oficina, todos en sus puestos. Ninguna baja. Perfectos y al completo.
La nave zarpa.
Te han invitado a comer tres clientes. Has elegido al de la comida macrobiótica.
Para no romper tu buen rollo con el peso.
Y de paso, cerrado un trato pendiente. Dividendo que te quiero verde.


Tarde de footing con una amiga. Cena en su ático con las mejores vistas de la ciudad
y sexo sin compromiso.
De vuelta a casa, el taxista te ha traído por el camino corto:
un billete menos.


Metido en la cama con tu pijama nuevo
cierras el libro desconectas el televisor apagas la luz.
Pero al clavar tu mirada en las estrellas pintadas en el techo
vuelve a ti el momento de pensar.
En cómo vives por qué y para qué.
Refugiado como estás en tu aislamiento involuntario.


Y piensas, que hoy ha sido otro día de mierda.
Que aun teniéndolo todo, el vacío te llena.





REPARTO

REPARTO



¿Y qué me dices de lo mío?
¿De lo tuyo? Vendrá después de lo mío.


¿Y lo nuestro? ¿Os acordáis de lo nuestro?
¿Lo vuestro? Será después de lo nuestro.


¿Y de ellos? ¿Alguien ha pensado en lo suyo?
¿De ellos? A ellos se lo quitamos.


Trato hecho:
lo de ellos es vuestro lo vuestro nuestro lo nuestro mío.




INTERGENERACIONAL

INTERGENERACIONAL




A la solana en un banco de piedra abuelo y nieto están.
Aquel 76, éste sólo 6.


- Abuelito abuelito, ¿por qué estás tan serio?
Silencio.
- Abuelito abuelito, ¿me oyes abuelito?

Con la mano en la cabeza del niño y la mirada al infinito,
responde abuelito:

Nací en aquel año negro en que empezaban a bombardear Madrid.
A mi padre que detestaba caminar y el campo, ironías tiene la vida,
enseguida lo pasearon.
Otro cuerpo de cuneta o tapia que no vio amanecer nuevo día.
A mi madre, se sabe aunque no se dice,
de ambos bandos la violaron:
los unos por parecer roja, los otros por no serlo.
Suerte que no tuve hermanos, hubieran sido enemigos bastardos.


Mendigando trabajo y pan fuimos creciendo y luchando.
Primero para salir de pobres, después para no volver a serlo.
Créeme cuando te digo que cuesta más esto último.

De no tener nada y deberlo todo, pasamos a tener algo y no deber nada.
Todo, para que tu padre fuera por fin algo.
Y nada sin que hubiera que seguir luchando.
Comités sindicatos huelgas.
Carreras palizas cárcel.
Encierros en cines e iglesias, quién nos lo iba a decir,
y muertos en huelgas de hambre.
Con los años y algo de rejas, fuimos ganando peleas.
Peleas que vencen guerras.
Hasta que murió el tirano. Como todos:
dulcemente arrullado.


Dicen que vino libertad después,
con ira o sin ella aún nos queda por ver,
que llegó el momento del cambio:
tornaron dictador por rey.
Sin nadie preguntarnos qué. Como suele suceder.

Al rey le siguió su corte. A la corte parlamento,
parlamento que siguió sin preguntarnos qué.
Al parlamento gobiernos. Lo de siempre:
títeres con aspiraciones de rey.
Y vuelta a empezar el séquito:
de sirvientes a mil por cada pequeño trono de taifa;
que todo se hace con cargo al pueblo,
y no habrá pueblo sin gobierno, lo mismo que vasallo sin rey.

Celosos del poder vecino,
empezaron a competir los taifas simulando que era por su pueblo solo.
Aquel una residencia de estado; este un castillo de guardias bien pertrechado.
Aquel un noble teatro; este un circo romano. Pan y circo al vasallo
que repleto y contento no piensa. Y quien piensa reclama.
Aquel vaciando arcas pretextando servicios sociales.
Este acuñando monedas, de oro son su vivo retrato,
para comprar esclavos en tiempos de abolición:
paga y pensión. Que la costea el de al lado.

Juegos malabares de comediantes expertos.
Fácil fue tenernos despistados: sonreír hicimos cuando atracaron salarios.
En lugar de, nuevamente, a combatir salir.
Si bien antes fue más sencillo pues solo había un tirano.
¿Por cuál empezar primero?, ¡ahora tenemos cientos!


Con tanto juego de espejos engañaron a la sociedad
que atrapada en su laberinto la llamaron del bienestar.
Compre viaje invierta en bonos vivienda y basura.
Consúmase en el intento viviendo en el estercolero.
Hoy le hacemos descuento.
Siéntase feliz por un día, olvide que es todo mentira.
Niegue que nos hemos vestido con hilo de traje de rey.


Así hasta que llegó el seísmo que nos rompió los espejos:
desnudos ante el mundo quedamos.
Desnudos habíamos vivido creyéndonos bien vestidos.
Todo se ha malgastado, todo lo consentimos.


Pero aun siendo esto malo, lo peor vino después
cuando a la bronca de taifas no pudimos pararle los pies.
Y a nosotros nos los cortaron para que escapar no podamos.


Hoy veo las calles del pueblo y recuerdo aquel Madrid de hambre y escombros.
Ya ha empezado la guerra, no se me ocurre motivo que nos obligue quedarnos.


Mala vida te espera, hijo del hijo mío.
Dos generaciones de lucha se han perdido en apenas dos años.
Te queda volver a empezar, mendigar, trapichear.
Quién sabe si embaucar y engañar. Olvídate de soñar.
La realidad es una puta que antes de disfrutar tarifa.
Tarifa como los taifas.


- Abuelito abuelito, deja de contarme ese cuento.


Y vente conmigo al infierno.





jueves, 19 de enero de 2012

PISANDO



PISANDO


Josefine era un tronco psicópata con más mala hostia que años.
Y ya había cumplido unos cuantos.


Habituada a los menosprecios,
menosprecios a los demás,
coleccionó flores marchitas:
corrompidas en la podredumbre de sus rencillas y odios.

Algún día darás con la horma de tu zapato
Te encontrarás lo que estás buscando
Alguien te cerrará la boca…
Murmuraban a sus espaldas con resquemor.


Letanía de cobarde que confía a otros su sed de venganza.
Venganza que es a veces justicia.
Tan improbable como que nuestros deseos se hagan realidad.


Josefine era un tronco psicópata que dejó tras de sí
un reguero de víctimas malheridas.
Marcadas, perdidas en el desconcierto de la incredulidad,
la inmoralidad y la injusticia.
Ella nunca obtuvo el perdón,
ni ellos su recompensa.
Ella ganó pues ni lo buscó ni le importó.
Los demás perdieron. Empezando por la confianza.


Cuando me toque volver a nacer,
quiero reencarnarme en un árbol.
O mejor en un tronco.


Tronco psicópata.

CHRISTMAS



CHRISTMAS



Recogidas están en un cajón todas las bobadas que en navidad colgamos:
gangarrias perifollos adornos y chuches. Sólo faltamos nosotros.
Colgados, que no guardados.

Plástico y cartón para un mundo mejor.
Desprovista de todo sentido y valor,
reconstruimos momentos y fiestas empujados por la costumbre
y desarmados por la nostalgia.
Manipulados por el marketing y obligados por las normas de convivencia.
Si todo son usos y costumbres,
para qué discutes.
Únete a la causa común, y muévete por la no causa.
¿Acaso te crees con poder de decisión?
Renuncia al libre albedrío para salir del rebaño.
Pliégate a la ley de la conveniencia:
el rebaño adormece y protege.


Compra compulsivamente
Consume productos inútiles Bad Made in China.
Júntate a quienes quererse dicen
y con azúcar morena y burbujas en la boca se besan.
Será el muérdago será la nieve será el deseo.
Será que me muero por decirte que te quiero y no me atrevo.


Puede que sea lo contrario.

Consume que tu sueldo depende de ello.
Consume todo y no dejes más que humo.
Indefinidamente, sin control ni conciencia.
Será con inconsciencia.
Todo vale por una ilusión de felicidad migratoria.


Déjate llevar con la música y las luces:
ilusión de ilusionista.
Y no olvides la bebida, siempre ayuda.
A imaginar lo que no hay y ver más allá de lo que hay.
Clarividencia etílica postromántica.
Juegos de magia para una mente cansada y crédula.
Ávida de mentiras piadosas que arrullen el alma:
lo poco que de ella nos queda.


Ríndete sin más pelea a este momento dulce y laxo.
Quizás no tengas otro en un año.
No tan denso, no tan falso.


Pero algo es algo.












jueves, 5 de enero de 2012

3 DESEOS

3 DESEOS


Caminando por el desierto durante 40 días y sus mil noches sin beber,
tampoco agua, tropecé con el único objeto que de la fría arena asomaba:
siempre fui un torpe, es lo que tiene.
Mordí el polvo, que se dice.
¡Qué mala suerte la mía!, que dicen.

Resultó ser una lámpara de aspecto vulgar pero más oxidada.
En cualquier zoco las hay por docenas a bajo precio y ninguna me interesó.
La guardaré para llevar agua si un día la encuentro – me dije sin mucha convicción.
Al tocarla, una silenciosa nube de vapor salió adoptando la forma de serpiente con cabeza de asno.
Vaya fastidio – pensé. Ya está ocupada.

En ese momento me habló el asno en un idioma que no entendí.
Me lo tradujo al esperanto, que tampoco conozco pero es más asequible a la ignorancia.
No hago estas gilipolleces normalmente – rumió la nube con voz ronca,
claro, de un asno que otra cosa podía esperar,
pero estaba en medio de una pesadilla terrible
y por haberme despertado te concedo tres deseos.
Pide por esa boquita, muerto de hambre. ¡Y alégrame el día!

Siempre había soñado con un momento así, de modo que largué sin dudar lo que ya tenía pensado.
Como quien quiere confesarlo todo y joder la vida a su vecino.

En primer lugar, deseo que la fortuna venga a visitarme más pronto que tarde.
Para hacernos un té y que me cuente cómo son las cosas fáciles.
Nunca hemos sido presentados y ya dudo que exista. Así que tenemos mucho de qué hablar.

Después, que la salud me devuelva lo que al nacer me robó mientras mi madre descansaba.
Solitario en aquel nido sin poderme defender, dejó mi vida marcada para siempre.
Hay quien lo llama herencia genética, pero fue un simple robo: de salud.

Y ya que hablamos de vivir, a la vida…
A la vida le pido sólo que me deje en paz. Y mejor me arreglo solo.
Sin tanta intromisión ni sugerencia ni presión.
Sin tanto afán por gobernar,
mi vida,
y mis asuntos.

Mucho me pides –contestó aquel diablo con intenciones de personaje arrepentido.
Veré qué puedo hacer.

Desapareció ocultándose en la lámpara de nuevo.
Y hasta hoy, que han pasado cuarenta años sin que de aquel encuentro nada trascendiera.

A veces, sólo creo que fue un mal sueño.
Otras, cuando levanto la lámpara del aparador de la entrada para quitarle el polvo,
miro dentro y creo ver la nube de vapor arrebujada en el fondo.
La vuelvo a colocar, y sigo esperando.

Sigo esperando.

lunes, 2 de enero de 2012

FIESTA


FIESTA


Hemos pasado la noche de local en local.
En unos para emborracharnos, en otros para meternos:
hasta el fondo, que hay sitio.
Hasta el fondo del cerebro. Ya no tanto.

Y en otros para reventarlos y pagar los gastos fijos:
alcohol y cocaína.
En cantidades estrictamente necesarias para la supervivencia del espíritu,
en trance de volatilidad,
y la ruina del cuerpo. En tránsito hacia la inmaterialidad.

Acostumbrados a los excesos, hemos molido a golpes a un policía:
nos quiso detener por escándalo público y daños contra la propiedad.
Pública también, qué impropio.
Eso que ahora llaman exteriorismo urbano.
En esta época de tantas interioridades impúdicas era un insulto intolerable.

Ahogamos en la fuente a un segurata que nos llamó escoria blanca.
Por eso mismo, para limpiarnos y mejorar nuestro aspecto pues en realidad
éramos negros aquel día.
Cambiamos de piel según el momento y conveniencia.
Ventajas de la crisis de identidad. No hay autoestima que se le resista.

Prendimos fuego al palacio del infantado con toda la cuadrilla dentro.
Tal vez fuera un infanticidio, nos quedó alguna duda semántica al respecto.
Menos con el problema de sucesión, se acabó la vida regalada.
Para algunos.

Provocamos una alerta bacteriológica en el hospital general.
Colapsamos el transporte público y el servicio de emergencias:
con llamadas de “socorro que me ahogan”. Los impuestos.
Rápidamente se sumaron a la rebelión la gente de las redes:
de contrabando, narcotráfico, drogas, armas y prostitución.
Ahora las llaman sociales.
Cosas de la voluntad por el cambio involuntario.

Entre juerga y juerga, aprendimos que lo que importa no es vivir a cualquier precio,
alto o bajo depende del mercado,
sino arrasar con la ley y el orden.
Poner fin a tanto mequetrefe disfrazado de importante.
Y mequetrefa disfrazada de importanta:
con este nuevo lenguaje nunca se sabe.

En nuestro punto de mira está el capitalismo.
Y el comunismo el marxismo el socialismo.
El liberalismo el integrismo.
Incluso el cubismo:
tanto afán por geometrizar la sociedad no se puede soportar.
Reglas, en fin y en mal.

Todo, con tal de evitar el paroxismo.

Hemos pasado la noche de local en local.
Antes que malvivir,
reventar.

OFICIOS


OFICIOS


Rosco el fontanero hace tiempo que no monta calderas nuevas.
Resiste reparando las viejas y desatascando como puede tuberías en mal estado.
Y de todo tipo.

Kimi el carpintero dejó de fabricar armarios hace dos años.
Desde entonces arregla cerraduras, puertas y persianas.
Con esto y los ahorros mantiene a la familia:
en casa esposa y en la universidad dos hijos.
Todos en la familia crecen y él se encoge.
Como la moral y el ánimo.
Ha pensado en emigrar a la Argentina:
pastor a caballo de ganado bovino.
Al menos, de cuando en cuando comerán carne.

Mira la panadera al dueño del bar:
aún le adeuda todo lo comprado el año anterior.
Él dice que no gana, que se fue la clientela.
Ella dice que así tampoco. Y pierde.

Zusco es un artista disfrazado de pintor. Con brocha gorda.
Se acabaron los estucos, las pinturas al huevo y oro, los trampantojos.
Nada de estarcidos ni pincel fino. Ahora toca rodillo y pintura barata.
Una sola mano que le cliente mal paga.
Porque no puede.
Zusco tampoco y la montaña de facturas y deudas se amontona sobre la mesa
de la cocina. Hace meses que prescindió de su despacho:
lujo de oportunistas y mafiosos.

Tino, el profesor de matemáticas, ha perdido cuatro puntos de poder adquisitivo.
Y está que no puede. Sin poder, es lo que tiene.
Su jefe dice que tiene muchas deudas, que todo lo hizo para sus empleados
pero que ahora no puede afrontarlas. Por ello toca repartir las cargas entre todos:
o les quita medio sueldo o los despacha.
En poco tiempo derrochó ese jefe lo ahorrado en años.
Ahorrado con el dinero de otros.
Desperdició personal y recursos en proyectos imposibles y ruinosos.
Ávido de encontrar la gloria en la historia.
Hasta que el delirio explotó.
Su jefe es un malcriado con criados. Mantenido a capricho y todo lujo,
que se llama gobierno.

La peluquera ha puesto su local en venta después de haber tenido que empeñar
su último juego de tijeras. Para no perder la casa.
Se la quitaron hace un año.
Ahora también quieren el local. para compensar los intereses usureros.

En idéntica situación está Rosaura:
enfermera de profesión y desencantada por convicción.
Acostumbrada al medicamento,
ha pensado en la autolisis digestiva como solución.

El terreno que rodea a la iglesia,
camposanto o campomuerto,
está cercado por una gran verja.
Cuelgan de ella los anuncios de los damnificados:
foto edad oficio y año de fallecimiento.
Esto último es una redundancia,
todos en los pasados treinta meses.
y todos han sido por asfixia,
una de las muertes más angustiosas descrita por sus protagonistas.

Más cuando la asfixia es económica.