lunes, 29 de agosto de 2011

ANIM-43



ANIM-43


No te cuidarán de vieja los hijos que no tuviste:
el dolor para engendrarlos no valía la pena.
Vieja más vieja por sola serás.

No te visitarán los hermanos que olvidaste
Ni los padres que abandonaste:
tanto trabajo cuidarlos, no valía la pena.
Así murieron, en frío silencio sufrimiento.
Por ti.

No te pondrá el babero un marido sometido,
a la tiranía de tu vanidad y tu egoísmo.

No te quitarán las pulgas las enfermeras,
ni a éstas ya das pena.
Pena que nadie te dio.

Largo será tu dolor y,
antes que la edad,
te matará la soledad. Como suele hacerlo:
a paso lento.

Quedará de ti un cuerpo no ya luchando por vivir,
sino morir.
Tanto, tanto te queda por sufrir.

Pero no te aflijas, nada comparado a todos los que por ti perdieron.

Larga es la noche que te aguarda.


domingo, 28 de agosto de 2011

REMENDÓN



REMENDÓN


A lomos de un lejano cercanías de sangre y fuego
entraste en el congreso cual jefe del estado.
Estado que no merecías.
Jefe que nunca mereció ese estado.
Pero así estaban las cosas en esta tierra de acomplejados y cobardes.

Quisiste impresionar al mundo entero
y tomaste decisiones en caliente. Tanto,
que por tu borrachera bisoña nos quemamos.
Todos menos tú, por el momento.
En realidad, nos humillamos como siempre.
Tú, nos humillaste como nunca.

Obsesionado por demostrar que tu sonrisa era sincera
impulsaste cambios reformas leyes. ¡ay, las leyes!
Te hiciste fotos con todos los públicos,
menores de edad trato especial.
Miembro de todos los clubs:
sólo en el de la comedia aún no te han echado.

Ávido de liderazgo, creaste una alianza a tu imagen y semejanza:
de civilizaciones, nada menos. Nada más civilizado.
A trompicones, por otro lado.
Con los extravagantes y charlatanes del mundo te encamaste,
tú, que de coaliciones ya probadas rápido te descolgaste.
No fueran a confundirte con un líder gregario.

Lanzado al estrellato, repartiste cargos como cartas:
siguiendo la mano. La seguridad que da ser el boss de la mesa.
-ha llegado un nuevo croupier a la ciudad.
Así completaste tu catálogo de frívolas superficiales,
que recién ascendidas posaron vestidas de gala en la prensa de moda:
la del ala que más convenía.

Derrochaste el dinero heredado,
fortuna no conquistada es fortuna dilapidada,
en ministerios inútiles. Y a la nómina del estado
cargaste tus nuevas compras.
Adquiridas en un calentón aquel día que preferiste irte a la ópera.
Fuera se quedó Polonia. Siempre es mejor que una invasión.
Tan pacifista tú.

A golpe de talonario compraste votos.
Más a los que no dan golpe:
peonadas alimenticias.
Voto mendigo:
papeles para todos.
Con malas artes de mago contentar el peor hembrismo quisiste:
pergeñando ad hoc una ley desigual que por igualdad bautizaste.
Tú y tu frívola Bibí.

Aprovechándote de la mala memoria
otra mala ley de memoria fue impuesta
a todos los que recordar dolía.
Pocos nos dimos cuenta de que, entre otras maldades,
también eras un resentido. Queriendo hacernos pagar a todos
por antiguos errores por otros cometidos.

Vientos de escasez llegaron
que espejismos de la abundancia barrieron.
Nuevamente, tú con el paso cambiado.
Negando la mayor con tu mejor sonrisa de plástico.
Tarde para reaccionar, dejaste a medio país en el paro.
Comiéndose los brotes verdes a falta de mejor carne.
Macrobióticos sin alternativa.
A ti qué más te da, ya tienes el futuro claro:
cierro el chiringuito y me largo. Que demás he trabajado.

Nada te importa ya, y como el humo te vas disipando.
De tus amigos, distanciando.
De los enemigos, mejor no hablamos. Transparentarte buscas.
Sea mejor cuanto antes.

¡Ahí os quedáis, cabrones!
Antes eras un pancartero, ahora poco más que un haragán.





CHOLLO-CHUNGO



CHOLLO-CHUNGO


Comprarte el último Yfon con un billete de quinientos euros encontrado en la calle:
Chollo.
Que te detenga la policía por ser el billete falso:
Chungo.
Chollo chungo el del billete.

Cruzarte con una preciosa cubana trigueña de uno ochenta
,sonriente voluptuosa que ya tiene aprobado el MIR,
y con ella te invita a vivir:
Chollo.
Descubrir una semana y quince polvos más tarde que es la novia caprichosa
del celoso y desequilibrado campeón de boxeo de los pesos pesados:
Chungo.
Chollo chungo el de la cubana MIR.

Salir a navegar en un precioso velero con una preciosa nórdica,
que conociste el día de la boda de tu mejor amigo,
donde te invitó a cruzar el mundo entero:
Chollo.
Que te encierre la interpol con cargos de venta ilegal de armas
porque la bella dama es hija del mayor traficante de Europa y
sin tú saberlo, has estado comerciando en cada hermoso puerto en el que habéis atracado, ¡más de cincuenta!:
Chungo.
Chollo chungo el del velero con nórdica.

Que veas en televisión la combinación ganadora de tu boleto de la primitiva
con sesenta millones de premio y mandes a tu jefe a tomar por culo,
a la mierda a tu mujer con sus vagos hijos,
te compres un descapotable,
una casa con yate en las Bahamas y te rodees de lujo vino y mujeres:
Chollo.
Que acabes entre rejas por no poder hacer frente a tus deudas,
vaya a visitarte y reírse tu ex jefe,
tu mujer con sus bobos hijos te pida pensión y divorcio, por ese orden:
Chungo.
Chollo chungo el día que rellenaste el boleto y olvidaste sellarlo.

Que encuentres a una adolescente moribunda en tu paseo por la playa
y salves a esa hija del alcalde de una muerte segura con un largo boca a boca y profuso masaje cardíaco,
por lo que aquel te nombró hijo predilecto de la ciudad y provincias con pensión vitalicia:
Chollo.
Que la adolescente bipolar se vuelva loca porque le jodiste el intento de suicidio
y posterior fama compasiva,
acusándote de abusos sexuales y pedofilia llevándote a chirona para los próximos treinta años y un día:
Chungo.
Chollo chungo ese de ir salvando vidas a cualquiera.
Mejor dejarlas que se mueran:
no hablan.

Que en un concurso de televisión ganes un viaje al Caribe con todos los gastos pagados, incluida acompañante:
Chollo.
Que al bajar del avión descubras que todo era un fraude y tengas que dejar sodomizarte para pagar el billete de vuelta:
Chungo.
Chollo chungo el del concurso.
Es la tele, qué esperabas.

Moraleja.
Cuando pienses que por fin has encontrado el chollo de tu vida que tanto merecías,
protege tu espalda:
siempre hay un chungo hijo de puta esperando darte por el culo.



DESCALZOS



DESCALZOS


Henri no fue a la guerra:
pies planos.

Mark enfermó y no la olvidará:
pies de trinchera.

Christian no salió de ella, le olvidamos:
pies por delante.



ASESINOS


ASESINOS


Sale del matorral el cazador frustrado.
Frustrado por todo lo que no ha cazado.
Hombre de campo de los de toda la vida:
hombre de campo como el arado
bruto como el arado
sordo como el arado
ciego frío y descerebrado.
Como el arado.

Sale del matorral escopeta en mano.
Rabia en cañón:
dos conejos una liebre tres perdices un jabalí,
hermoso grande y macho.
Macho como él.
Hombre de campo valiente cazador.
Humeante escopeta en mano.

Los conejos se escondieron.
La liebre salió corriendo,
qué si no.
Las perdices fueron volando:
no hubo pájaro en mano.
Y el jabalí, éste le hizo cara cuando estaba el cazador…
cagando. Sin escopeta en mano.

Los perros no le avisaron, malditos chuchos inútiles,
y pasó cuatro minutos de infarto.
Esfínteres como nunca laxos.
Le perdonó este encuentro el macho,
el macho jabalí,
y se fue dirección al valle. A por sus sorbos de agua diarios.

Nervioso y acobardado, huyó tropezando el macho,
el macho cazador cobarde, con los calzones cagados.
Colgó a los perros de un árbol:
¡esto por no haberme avisado! ¡Desgraciados!
Después les metió dos tiros. Por si acaso.
Hambre de hombre, hambre de humo estruendo y pólvora.
De olor a muerte por el cazador valiente.

Al salir del matorral un gato, otro hijo de puta gato.
Blanco con manchas de oro, ágil inteligente y feo.
Gato que es gata valiente.

Se miran, desconfía la gata. Ya se ha dicho que es bicho inteligente.
Comienza la carrera de fuga tarde.
El hombre cazador frustrado, dispara a todo lo que se mueve:
es la sed de la muerte.
Es el instinto del cazador innato,
él afirma.

A la gata le rompe la cara con perdigones de plomo,
negro pesado veneno.
A él se le vacía el arma. ¡Por fin, otro día de caza!

En la taberna, entre una buena mano de cartas y tragos de sol y sombra,
el sol lo pone el alcohol que la sombra ya la lleva él,
contará a los amigos su hazaña:
que de muerte herido en la cara le huyó un jabalí rabioso cuando,
habiendo asesinado a sus mejores perros,
él solo le hizo frente. Cara a cara.

Como hombre que es.


INDUSTRIES



INDUSTRIES


Demolieron la fábrica de tornillos tras dos años de cierre.
Parece que a nadie le importe haber perdido alguno:
no salía la producción.

Cerraron cuchillerías El Estilete después de cien años de historia,
interrumpida.
Quien más quien menos ha recibido alguna puñalada por la espalda
o navajazo en la boca del estómago.
Así, todo el mundo anda sobrado de armas blancas.

No queda un solo laboratorio de drogas de diseño.
Y sin él tampoco.
Aquellas eran más finas pero éstas más efectivas.
No quedan laboratorios porque no está el personal para sueños
fantasías ni delirios.

Cerraron las dependencias del antiguo puerto:
de pesca mercancías y deportivo.
El deporte era un mercadeo de personas
con el que los países acaparaban medallas para luego olvidarlas.

Quebró harineras El Pensador.
Dos generaciones elaborando harinas parea piensos
han conseguido que nadie piense por sí mismo.
Cuando cesaron de suministrarles el alimento como a pollos,
murieron.
Aún hay quien echa la culpa al estado y su bienestar,
pero más bien fue debido al pueblo y su malestar.
La inanición del descontento.

Se hundió la fábrica de cementos Resistencia.
Tanto oponerse a los cambios, hacer frente a la innovación,
frente que era muro de hormigón,
aguantar las embestidas del mercado y sus reformas de trabajo:
más inseguridad menor salario,
hicieron de aquella un bastión del inmovilismo y el disparate.
Revueltos y molidos como piedra acabaron reaccionarios y revolucionarios
sindicalistas y empresarios
inmovilistas y reformistas.

Se desplomó la mina de carbón El Pozo Negro.
Cansados de apuntalar un futuro tan negro como su presente
se negaron los obreros a trabajar en el pozo mayor.
Un mal día, o bueno,
cambió de actividad repentinamente y por la fuerza,
de la gravedad:
lo llamaron reconversión industrial.
De pozo común a fosa,
también común.
Allí quedaron los cuerpos asfixiados aplastados desmembrados
de cientos de trabajadores ya de antemano resignados
a morir jóvenes dejando un feo y sucio cadáver.

Desgarrada la economía mundial entre las fauces de los tiburones,
financieros,
se desgarraron las ilusiones,
los mercados, de abastos,
las familias, de apestados.
Dicen que todo se debió a una profunda crisis de valores.
Sí, pero de valores comerciales.





martes, 9 de agosto de 2011

ARISTOCRÁTICA



ARISTOCRÁTICA


Ella se creyó siempre una mujer atípica.
Por atópica.
Para el resto era más bien típica.
Por tópica.
Nada nuevo bajo el sol azul de medianoche.

En cambio, sí fue una persona sintomática desde que nació.
Y sindromática:
síndrome de Patau, de Edwards y Down.
Trisomías para un mundo menos poblado.

En su afán por la originalidad equivocada,
pronto se vio que era un aniña PKV.
Que al año de vida ya tenía a Tay-Sachs en plena forma,
y a Huntintong haciendo cola:
cola para expresarse con todo su potencial.
Potencia de fuego destructor.

La princesa Duchenne también se unió a la familia:
real por auténtica y jerarquía. Social.
Acomplejada como Golgi
no dudó en establecer relaciones con Korsakoff
alianzas con Klinefelter y pactos con Turner:
¡qué caballero inglés! Y como los anteriores,
otro sindromático de estirpe:
real y cotidiana.

Anny, Anny la princesa de cuento,
Anny la princesa rota
como la llamaban sus amigas,
más altas vigorosas y fuertes,
pero sin pizca de toda su sangre real.
Tan real como azul CIV.
Anny la niña azul como el sol azul de medianoche.

Pero de todos, el peor, el más letal,
contra el que no hubo remedio droga medicina ni curandero posible
el que terminó definitivamente con ella y sus ilusiones
el que empequeñeció los más graves efectos del más grave síndrome
que en cama la había prostrado hasta le fecha.
El que, en suma, nunca superó
fue
el síndrome del abandono.

Anny la princesa Anny la muñeca rota.
Anny la sola.


martes, 2 de agosto de 2011

ALBERT



ALBERT


Albert fue un hombre sin suerte.
Nació en el centro de tres hermanos:
por arriba hostias, por abajo acusaciones.

Pasó la infancia, adolescencia y juventud entre sopapos.
Reproches castigos y golpes.
Del sincenar al rincón. Del rincón a la cama:
cuarto oscuro del castigo y alivio.
Tregua al maltrato diario:
antesala del abuso nocturno.

Abandonó el hogar,
la prisión oficial con las bendiciones de la iglesia
la connivencia del estado y las normas de la sociedad,
antes de los diecisiete.
Le buscó la policía,
con poco entusiasmo y presionada por los inservibles servicios sociales,
hasta que ya no hizo falta.

Con dieciocho podía ir donde quisiera:
volvió de las tinieblas en el otro lado del mundo.
Allí donde el desinterés gubernamental y al abandono social son la norma:
refugio ideal para polizontes de la mendicidad callejera.

Con un par de golpes,
de suerte qué más da un golpe más,
enderezó su carrera:
licenciatura cum laude en atracos de barrio alto.
Que para barrio bajo ya había tenido bastante.
Se instaló en un piso del centro. Ahí donde los precios son bajos
y la inseguridad alta.

Tuvo pareja, mala cuando se evaporó el arrebato sexual.
Hijos: peores. Si uno con el síndrome del hijo ausente,
el otro con el del silencio del cuerpo presente.
Los enterró antes de los quince.
A la mujer no hubo manera, esto era peor.
Una sabandija mal hablada, sucia y gastadora.
No hubo fortuna.

Un día Albert decidió dar solución a una vida sin rumbo.
Con un golpe, otro más qué novedad,
de timón volcó el camión que conducía.
Treinta vueltas barranco abajo.
En la treinta más uno silencio:
los accidentes de automóvil sólo explotan en las películas.
¡Qué desilusión!
Ni siquiera en su último estertor tuvo la posibilidad de deslumbrar.
Aunque fuera con un fogonazo pasajero.

Volvió al cuarto oscuro. A la noche, al silencio.
Al anonimato en el que nació, vivió. Y, al final, murió.