lunes, 30 de abril de 2012

POST VENTA







POST VENTA


Al final resultó ser que no eras nada.
Largo el discurso elaborado. Abultada tu suficiencia intelectual.
Aparente tu sabiduría. Meditada tu opinión ponderada.
Pero no eras nada.
Una representación del personaje que a los demás vendes:
con una sonrisa buenas palabras y besos, convences.
Pero de ahí no pasas. Solo prometes:
haré cambiaré lograré me esforzaré lucharé ya veréis. No decepcionaré.
Cenizas en tierra quemada, humo en el viento, polvo en la arena,
lágrimas en la lluvia, lluvia en el océano. Océano en el universo.
Universo en expansión y viejo.

Nada que no sepamos nada que no hayamos visto nada distinto de nada.

Eres solo fachada, y ésta también se te cae. Tantos son los años
de abandono y pereza.
Derrochado has las oportunidades. Ignorado la ayuda prestada.
Las concesiones que hicimos por apoyar tu causa, parece que no las viste:
no las aprovechaste, tampoco las agradeciste.

No eras más que un vendedor de ideas, algunas descabelladas,
pero que quisimos creer.
Tanta era la necesidad de reparar el desastre
Estábamos tan perdidos en medio de aquella tormenta.
Ya había sido anunciada pero actuar no quisimos:
miedo a tomar decisiones que primero sangran y duelen.
Después ya se verá si resuelven.

No eres más que un buen comercial con un solo producto en cartera.
Llámalo tú.
No ofreces más referencias.

Y ahora que lo sabemos, ¿qué es lo que vamos a hacer?

sábado, 28 de abril de 2012

TRÓPICO UTÓPICO







TRÓPICO UTÓPICO


Ya te gustaría ya.
Ya te gustaría encontrarte con la chica de Ipanema susurrándote al oído
palabras de amor con gesto comprometido.
Que tuviera la mirada alta. La inteligencia, las ilusiones.
Y las tetas y el culo, no seas hipócrita.

La vanidad baja, el egoísmo mínimo. El narcisismo a cero.
La autoestima moderada, las ambiciones controladas.
El respeto aprendido, la lealtad consagrada.
El amor… el amor en su justa medida. Que ni mucho ni poco
salva naufragios ni corrige barcos a la deriva.

Juventud la justa, deportista aficionada, juerguista equilibrada.
Amena conversadora, atenta profesional.
Ajena al resentimiento, olvidadiza al reproche.
Dulce a la mañana salada a la noche.
Apresurada en el compromiso paciente en el contratiempo.
Mesurada en las fiestas desmesurada en tu fiesta privada.
Clara en las metas, recta en los objetivos.
Sinuosa en los ratos de alivio.
Impertinente al intruso sugerente a tu intrusión diaria.

Ya te gustaría ya.
Pedirla en tu próxima navidad,
encontrarla en el catálogo de IKEA,
o en las páginas centrales de tu suplemento PLAYBOY.

CARGA HUECA



CARGA HUECA


Aún quedan preguntas sin responder por ahí sueltas
En ese lugar indefinido entre el deporte rural y el arte contemporáneo de vanguardia
donde se dejan las preguntas. Se lanzan se arrojan.
Se cuelgan se airean y se secan cuando no hay una respuesta.
Pero no desaparecen.

Preguntas que preceden al silencio incómodo cuando no se sabe qué decir.
Y al vacío que ese silencio nos deja
resonando por pasillos salones teatros auditorios valles.
Preguntas fatales, letales para la esperanza.
Mortales de necesidad.

Queda por saber hasta dónde somos capaces de resistir
Qué falta para que estalle la cólera
que en cada uno de nosotros sometida se haya
bajo las cadenas de la educación los convencionalismos sociales las reglas morales
las ordenanzas municipales provinciales estatales.
La corrección y el sentimiento de culpa.
La culpa, siempre presente la culpa.

Y los culpables, tan necesarios para que la sociedad lave sus errores y crímenes. Crímenes contra la sociedad.
Todos el enemigo de todos.

La ira unida a la venganza dominarán el día:
unos llorarán, otros sangrarán. Otros morirán.

Conociendo ya el desenlace queda por saber qué disparará el primer acto,
de protesta,
que resolverá a sangre y fuego lo que las palabras no saben, ni pueden.

Hay conflictos que no se arreglan hablando, sino matando.
Este tiempo es ese tiempo.

¿Qué nos vació tanto por dentro
que hoy solo somos carne hueca?

A punto de explotar.

viernes, 27 de abril de 2012

PIÑA COLADA






PIÑA COLADA


Habiendo ya descartado todas las opciones posibles para que el próximo
sea un buen verano,
con los tuyos o tal vez mejor sin ellos y con ella,
considera la alternativa más viable hasta la fecha pensada.

Olvídate de barbacoas en el jardín
–del vecino que el tuyo está hecho un asco y siempre su hierba es más verde-
de tomar el sol en la terraza
–del hotel donde trabajas de botones también conocido como ascensorista
maletero o buscapropinas-
de darte baños en la piscina
–municipal: baños de cloro urea y amonio, de emuntorios del gentío-
de hacer senderismo de montaña
–eso que antes eran jodidas caminatas monte arriba a por leña con albarcas-
de deportes de aventura y alto riesgo
–si vivir el día a día ya es violento para qué añadir dosis extra de combate-
de viajar por Europa Asia América el universo todo
–sobrado vas ya de kilometraje desde tu casa a todos tus trabajos a destajo-
de los cruceros, la semana de ensueño, la ruta de oro, las ocho capitales románticas,
safari naranja, visita la selva esmeralda, circuito cultural 10 días 9 noches 
pague el año próximo.

Traducido al esperanto, el idioma de los que sin esperanza esperan:

Cruza la calle para ir al mercado
Donde productos que ni soñando podrás comprar están para que los veas
Empujando el carro por el súper el circuito solo es uno
Con suerte lo comprado para nueve días dure diez
Paga ahora que mañana no podrás
Olvídate de lo que no conoces porque nunca lo verás.

No entrará la fortuna por la ventana
No habrá cambio de política aunque cambies de gobierno
No habrá recuperación económica milagro, esto es para alemanes o japos,
que ponga las cosas como estaban
No volverán los buenos tiempos
Los días de vino amantes y docenas de rosas
No volverás a descansar en paz hasta que llegue tu último día
No habrá,
para ti,
paraíso de sol arena palmeras mar Caribe y piña colada
No tendrás otro verano azul turquesa.

Sí un largo, lluvioso y frío invierno para vivir siempre tiritando.
Abrígate bien, agarra cualquier cosa antes de que el vecino te la quite.

Y prepárate para esconderte, e hibernar.

sábado, 21 de abril de 2012

FILMS & FÚTBOL






FILMS & FÚTBOL


Dice mi médico,
esa persona a la que acudo aunque no esté enfermo porque me escucha,
y en estos tiempos de sordera institucional y mordaza social eso me basta,
que no sabe qué hemos hecho mal. Cuándo nos dejamos engañar,
y cómo fue que, sin levantarnos de la silla,
hoy estemos sentados en el suelo.
¿La silla? Esta también nos la robaron.
Quizás en aquella breve sesión de hipnosis que se llamó estado del bienestar.
Ahora sabemos bien qué significa malestar pero esta es otra historia
que quizás aquí es mejor no contar.
Para no llorar en público todo lo que en privado tenemos que hacer y soportar.

Cuenta mi médico que tiene las hijas estudiando inglés y alemán.
Y que está pensando alguna hora de chino,
esta para toda la familia,
a ver si allí nos pagan por trabajar. Aunque sea como chinos, ya da igual.
Que ha renunciado a seguir mal informada
y ya no ve telediarios ni oye noticia alguna:
películas y fútbol para dormir y reducir pesadillas.
Sabio consejo de quien sabe para qué sirven los medicamentos.

Que se le alteran las transaminasas cada vez que oye decir a algún político,
o tertuliano de renombre en medio partidario,
político del círculo católico apostólico o lo contrario,
que todo es culpa nuestra. Que estábamos mal acostumbrados:
no siempre se ha de cobrar por trabajar, y qué vicio es ese
de que los sueldos suban cada enero.
Cuando todos los productos y servicios están en pleno sprint de montaña
para ver quién trepa más y antes.

Que se le pone el cuerpo cetónico cuando empiezan culpándonos
por la segunda residencia –heredada-
el coche alemán –de segunda mano-
la ropa de marca –marca barata-
el reloj dorado y suizo –de la empresa por superar objetivos-
la colección de corbatas  –regalos de navidad-
de pañuelos –de rastrillo-
de bolsos –de imitación-
de vestidos –sólo segundas rebajas-,
y terminan por echarnos en cara la leche desnatada los yogures bífidus
y la cerveza sin.
Todos en marca blanca a oferta especial la segunda unidad.

Que los lujos de la casta político económica no son para la clase obrera.
Y esto es una verdad y es un hecho que no hay por qué desvelar.

Reconoce mi médico que se pone catatónica,
porque mi médico es médica pero esto suena raro y mal
se pongan como se pongan las nuevas radicales e ignorantes de la lengua
–no sé si decir española o castellana para evitar ofender -
cada vez que al cajero se acerca silbando y se aleja llorando,
porque el dinero evaporado se fue sin ella haber salido de casa.

Y yo, habitual de las intrigas retóricas sin respuesta categórica,
me pregunto si ella se preguntará de qué sirvió el sacrificio.
Cuándo de aquel niña no hagas esto no lo otro vete por el camino recto
y habrá recompensa a tu esfuerzo,
dejaron de tener sentido y significado.
Qué invirtió el valor de las cosas y puso a la mentira buen precio.
A la estafa, por unos pocos,
la llamó crisis, para todos,
y la quiebra, de la justicia,
la convirtió en la del sistema público.

Se abrió la veda del obrero presa donde la casta apunta dispara y mata.
Luego reclama al muerto dinero para el entierro.

Confieso yo a mi médico médica
que en casa ya estamos haciendo maletas:
antes ser emigrantes que carne para hamburguesas.
Pues habiéndonos robado ya todo
solo nos queda el cuerpo para poder vender
y comernos.

Confiesa mi médico con la expresión de quien al fin ha divisado el camino
que una vez llegue yo a destino,
no importa si es mar del plata o en el desierto de Australia,
le vaya pidiendo asilo.

Nos preguntamos mi médico y yo 
por qué será
que lo único que podemos hacer no es luchar
sino marchar.




lunes, 16 de abril de 2012

AH-MARA






AH-MARA


Desdibujado ha quedado el rastro
que en la arena con los pies al caminar dejaste.
Entre rocas de una playa desierta sacudida por volcanes de otra era.
Piedras de lava negra enfriadas con la eternidad inmisericorde de los años.

Efímeras tus huellas como insignificantes personajes somos
en este teatro de la vida,
representada por actos entre astillas y escombros,
de un tiempo de disputas rupturas y silencios.
De soledad que dispara a discreción. Y a dar.
Que nos persigue, ¿se puede decir nos acompaña?

Borrarán nuestras pisadas las olas del olvido.
Partes de un todo fragmentado como espejos en guerra.
¿Será para no ver de lo que somos capaces?

Ah, amigo amiga. Desconocidos que sabéis de qué os hablo.
Tan fieles en la ausencia
Tan comprensivos en la distancia
Tan generosos en el entreacto breve del descanso.











sábado, 14 de abril de 2012

RELOJES






RELOJES


Siempre tuve problemas con el tiempo.
Con el paso sin descanso del tiempo.

El proceso que convierte respirar latir en segundos minutos días.
Cómo se transforma el vaho del café en una cita con prisas,
en una larga espera por la amada o una tarde interminable.
Y olvidable con el tiempo: tiempo devorándose a sí mismo.
Cuál es el milagro que hace de un on the rocks
una velada tan memorable como corta,
viva a pesar del tiempo.
Tiempo regalándose tiempo.

Y yo me digo,
en esas contadas ocasiones en que ganas de decirme algo tengo,
y las muy escasas en que ese es un algo interesante,
¿dónde se me fue hoy el tiempo?
¿Lo regalé o me lo robaron?
¿Qué le ocurrió al día de ayer, la semana pasada o el año que está a punto de acabar?

Sin duda, la relatividad es una teoría sorprendente.
¿He dicho sin duda en la misma frase que relativo?
Qué contrariedad. Vuelvo:
Y certeramente relativa.
Otro oxímoron para colgar en la pared,
o en el libro guinnes de las citas prescindibles.

Con todo ello ya estamos atrapados en un bucle de contexto indescifrable:
cómo es el tiempo que nos separa,
y el que me aleja de una realidad incomprensible.
Perdón, quise decir incompresible, por aquello de ahorrar espacio.
Y tiempo.
Einstein otra vez colándose por sus agujeros de gusano a velocidades luz de vela.
Si una vela alumbra menos que el faro de la costa,
¿será porque es su luz más lenta?

¿Qué vamos a hacer con el tiempo que pudiendo ser no fue?
¿En qué baúl quedó escondido y con cuántas llaves encerrado?
¿Era el baúl de los recuerdos o el olvido?
En ambos media el tiempo, qué si no.

¿Dónde van las realidades paralelas, los plan B, las alternativas no usadas?
¿Dónde se guardan las variantes que no han sido probadas?
¿Dónde las elecciones descartadas, las opciones desechadas, las distintas disyuntivas?


El tiempo es una cremallera que se abre o se cierra,
según el lado en el que estés.

Conviene no cazarse con ella.

MANDO A DISTANCIA






MANDO A DISTANCIA


Tendrás que llamar a la policía si quieres solucionar este conflicto.
Si esperas un mínimo de cordura para resolver la situación y no derramar sangre.
Nuestra y de ellos.
Nadie gana todos pierden nada nuevo ya lo sabes.

Deberás solicitar la intervención de la fuerza armada
para que las fuerzas desarmadas no se maten a navajazos y palos.
A puñetazos pedradas y golpes de hueso:
todo sirve cuando se trata de hacer daño al enemigo.
Peleas escasas en recursos técnicos sobradas en fuerza bruta rabia y mala leche.

Grabaremos la revuelta con los móviles y lo colgaremos en la red.
Para no ser menos que ellos. Que todos ellos.
Tuiteen los imbéciles y los listos opinen en faisbuc.
¡Deja tu comentario, sabio!
Arrastrados por la noticia en espiral emitirán el suceso todos los canales en abierto,
y la recepción vía satélite también será gratuita.
El éxito de audiencia está asegurado. Daremos nuestra carnaza a las masas.

Si no te gusta lo que ves,
siempre puedes decirle al gato que cambie de canal.

Basta con mirar sus ojos espantados para saber que algo va mal.


miércoles, 11 de abril de 2012

ESCOTOMA






ESCOTOMA


Un día de estos debo reservar hora para el médico.
Para mí, no para él.

Yo soy el impaciente paciente que precisa revisión
Análisis de la situación
Control de daños y deficiencias
Plan de choque y estrategia de reparación.
Si la hubiera.

No es que tenga yo mucha querencia por los médicos,
más me van las médicos y en verdad que, últimamente,
voy mucho al psiquiatra.
Se diría que no salgo de él, de ella.
Literalmente.

Pero hoy me ha dicho una amiga,
mientras nos escaldábamos con el café
engordábamos con el cruasán
y nos tirábamos encima el azúcar, para no engordar cualquier método vale,
que se me ve un escotoma.
Así de fácil. Bueno, que ella lo ve porque para mí es imposible:
sería un prodigio de la ciencia oftalmológica.

Que con cuatro comentarios de nada salta a la vista por qué no me veo.
Qué paradoja más paradigmática.
Y que el mío, el escotoma,
es emocional.

También me ha dicho,
y esto es ya para reflexionar,
que mi límbico está en el limbo.
Achinchetado contra el corcho donde los que buscamos algo nos colgamos.
-mejor ahí que de la viga del techo, en cualquier caso, y por el cuello-.
Y no por ello lo encontramos.
¿Será que es éste el sitio equivocado?

Antes de despedirnos,
y después de pagar ella la cuenta que es muy feminista y yo lo valgo,
me ha dado dos besos:
de los que no se cuentan en casa pero
gusta que vean los amigos para que rabien de envidia.
Y en el bolsillo de mi camisa de flores secas
ha dejado un papelito con un número.
¡Llama si necesitas algo!, me ha dicho con una sonrisa antes de irse del local.
Y con una elegancia solo superada por esa psiquia
a la que amo en secreto y no lo cuento.
Por vergüenza y falta de atrevimiento.

En el papelito he visto que estaba el teléfono…
del médico.

Y yo agradecido. Cosas de bien nacido.




ORDENANZA






ORDENANZA


Tengo que poner algo de orden en unas cuantas cosas.
De poco valor, pero ocupantes de un espacio.
Interior.

Apilarlas como se hace con las cajas,
de vino documentos munición da igual.
Etiquetarlas para la mudanza. Ese cambio de piel ocasional.
Seleccionar lo que no me sirve, que lo es todo,
y ofrecerlo en la subasta del domingo en el jardín.
Será, un Auction House seguido de un Closed House.
Nada como soltar lastre y renovar.
Regalar algún objeto inútil a los íntimos,
para que me recuerden con agravio.
Nada al resto,
para que ni me recuerden.

Aquí las cosas de niño, allí las de mayor.
Arriba las joyas que la abuela me dejó:
cosas de ser nieto único en una familia vulgar.
En el garaje los aparatos de gimnasia sin sudar
-promesas para después de un verano-. Tras otro.
Los cursos de varios idiomas
-propósito de enmienda de un mal año nuevo-. Tras otro.
Cartas de amor sin enviar
-anhelos de un amor nunca cumplido-. Tras otro.
Nunca fueron suficientes las veces que dije te quiero.
Y de nada sirvieron.
Recortes de prensa de cuando éramos gente interesante
Libros de universidad sin abrir y títulos sin recoger
Análisis médicos sin evaluar
Cientos de entradas para el cine sin usar
-de todas las películas que nos contamos
cada vez que tratamos de decirnos la verdad-
Pasaportes sin sellar
Tarjetas de embarque hacia todos los rincones del mundo,
sin emplear
Propuestas de matrimonio nunca contestadas
Invitaciones a actos extraoficiales no asistidos
Participaciones en empresas públicas privatizadas
Billetes de tren con destino inespecífico abierto
Documentos comprometedores y fotos reveladoras
-de un pasado turbio y con éxitos a cualquier precio-
A bajo precio en realidad.
Bajo es el éxito que se ha de ocultar.

En mi maleta de viaje, lo verdaderamente indispensable:
El molinillo de café
El cepillo de dientes
Mi disco de cabecera
Mi libro de noche
Y un trozo viejo de papel donde escribí,
de niño,
lo qué sería de mayor.

Aún estoy en ello. Estoy en ello.

lunes, 9 de abril de 2012

COLECTIVIDAD








COLECTIVIDAD


Haciendo caso a los cuchicheos de los otros perderás la fe,
en lo que cojones sea que haya que tener fe,
las ganas de luchar y la energía de vivir. Y para vivir.

No decidirás por ti mismo,
serás momento de inercia colectiva,
gregario de un equipo desunido y egoísta.

Te dejarás arrastrar por la corriente principal,
y si no te dejas será igual porque lo hará,
y esa gota individual, en tu caso quizás sin contenido,
será una más en el océano donde se agitan, porque se ahogan,
las masas: ahora toca hacer la ola.

Tu destino es el del resto
Tu trabajo colaborar, ahora toca hacer esto luego eso.
Ahora toca lo que toca y nada más.
Puede que así tu vida sea tranquila, e incluso te de algo de paz.
No brillando, mejor nada que poco,
entre la masa protectora de sardinas plateadas.
Se salvan los cobardes, los tapados y los escurridizos,
de morir entre las fauces del pez grande.

Si te enfrentas a los sabios consejos y habladurías de la gente,
necesitarás una gran fe,
en lo que cojones quieras tener fe,
y un extra de energía para luchar y poder vivir entre tanto demás.
¡Tantas son las veces en que los demás están de más!

Responsable de ti mismo y tus actos, grandes y principalmente pequeños,
oxímoron,
verás cómo te enfrentas a la inercia del momento.
Y los gregarios querrán nombrarte líder del equipo. No para ayudarte,
sino para protegerse: la responsabilidad siempre es del jefe.
Tratará de ahogarte la corriente principal, romper lo que te hace único y libre:
la tensión superficial. Que protege tu contenido del resto.
Llamativo quedarse sentado
cuando los demás hacen la ola echando espuma por la boca:
¡A por él, a por él! ¡Que se cree diferente el mequetrefe!
¡A por él antes de que se convierta en importante!

Españolitos cautivos envidiosos siempre del vecino.

¡Cuánto deberás luchar para seguir tu destino!
¡A cuántos dejar por el camino!:
lastre incompatible con la individualidad.

Olvídate de la tranquilidad y prepárate para la guerra,
contra los demás.
Ser tú mismo puede que te de algo, pero no será la paz.
Uno entre el grupo es el mejor remedio contra el miedo:
individual y colectivo.
¿Y cuando el banco de sardinas se retuerza en espiral?
¿Dónde quieres estar?

Mueren en solitario los valientes. Los otros, a veces,
reconocen el mérito y aplauden.
¿Aplauden tal vez por haber muerto?

Maldito sea entonces tu destino.