lunes, 26 de julio de 2010

VENTILADOR


VENTILADOR


Hemos dado miles de vueltas sobre el polvo de una tierra evaporada
Sofocada a todas horas por el sol.

Amado, refugiado y vuelto a amar.
Entre cactus, espinas y la costra reseca del desierto.
Entre las olas del mar.

Subidos en la nube del descubrimiento y la expectación
el análisis de las preguntas no verbalizadas y las respuestas destiladas
a la paciencia de la observación.

Hemos observado con ojos de niño
de niño cansado
la enorme llanura de plástico grisáceo.
El desierto hecho invernadero.
El invernadero hecho verduras.
El desierto hecho fortuna.

Agarrados a la mano del afecto y la posesión
hemos caminado entre casuchas con babuchas.
Escuchado sílabas ininteligibles con forma de chilaba incomprensible.
Fumado-bebido bebido-fumado en la pipa del agua
del agua que baña y refresca
y taladra y surca y sorprende y asusta
el cansado y orgulloso y pétreo corazón de la Alhambra.

No hemos comprendido del todo este mundo andalusí
Ni hemos descifrado los enigmas de la historia
tantas veces reescrita y mal contada.
Hemos aprendido a salvar las trampas de ese cazador
inagotable y furtivo llamado cotidiano.
A entender los amores no siempre amantes de señora convivencia.

Hemos ido y vuelto y vuelto a marchar para volvernos a encontrar.
Ya no en el punto de partida.
Tampoco en la casilla de salida.

Algo hemos aprendido y conocido.
Mucho nos hemos.

Y por encima y por dentro
nos hemos ventilado.

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