domingo, 7 de febrero de 2016

GENERAL RELATIVIDAD





GENERAL RELATIVIDAD






Dos meses ha llovido desde aquella mañana en que,

por hacer de hombre con recursos,

me corté con el filo retorcido de una lata;

sardinas ellas que vivían como tal.



Accidente doméstico.



Las yemas sangran más de lo que tienen,

y como un cerdo, a cada uno lo suyo,

goteé desde el fregadero hasta el lavabo dejando huella

de que no albergo sangre azul en mi interior.

Es lo que hay.

Y qué: un drama para contar aquel suceso que comenzó entre sardinas

y acabó con las toallas. Tirándolas. Ganaron ellas, las sardinas:

me rendí.



Cuarenta y un días ha estado saliendo el sol inagotable,

desde que en una noche sin sol ni luna arremetí contra un zorro.

O zorra, no pude verlo ni verla. Obvio: sin luz… La carretera.

Es lo que trae.

Traíame yo desde La Alcudia a La Alcarria, pero no me llevé a ninguna parte.

El zorro, o la zorra, interceptó mi paragolpes mi delantera mi rueda izquierda.

Intercepté a su vez la cuneta del lado enemigo, o contrario.

Un árbol de especie a todas luces y sombras desconocida

me interceptó a su vez.

Y qué: una tragedia.

Adiós a mi carrera deportiva entre comarcales.



Accidente de tráfico.



Dos costillas y una nariz rotas me dejaron a la postre

más postrado de lo que hubiera querido.



No tanto como estoy desde hace tan sólo ciento sesenta y dos horas.

Que las cuento, no vayas a pensar lo que no es.

Otro episodio memorable:



Accidente Cerebro Vascular.



Con un nombre entre el drama la tragedia o el mutismo,

miro el techo de la habitación desde aquel día.

Y qué: nada puedo hacer.



Salvo pensar en que a mis accidentes anteriores

hoy los llamo anécdotas

que ya me gustaría repetir.







© CHRISTOPHE CARO ALCALDE

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