jueves, 5 de mayo de 2016

REPERCUSIÓN



REPERCUSIÓN






Harto del arte de meter tanto la pata sin gloria que lo compense

ni consuelo que lo soporte

he tomado una sabia decisión complementaria

que resolverá para siempre estos problemas de ajuste:



amputar ambos apéndices locomotores a la altura del tronco

para no caer más en el error.



Problemas de entendimiento con mi cirujano cáustico

llevaron a éste a seccionar los miembros indicados a la altura del tronco…

encefálico.



Tanto mejor:

eliminando cualquier posibilidad de acción

desaparece todo patrón que conlleve una intención.



El mundo es ahora un lugar más amable para todos.

Incluido yo.









© CHRISTOPHE CARO ALCALDE

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