lunes, 11 de julio de 2011

BANDOS


BANDOS


Cuando la comunidad de estúpidos,
abundante cobarde y agitada,
decida agruparse en la milicia,
sé listo: ¡alístate!
Pues si el tonto con poder es el peor enemigo,
mejor estar con ellos infiltrado.

El cateto endomingado se desliza rápido por la pendiente de la estulticia,
aunque para él descender sea trepar,
y hace cumbre sin esfuerzo en la soberbia.
Cumbre que invertida es el abismo de la ciénaga en que nació,
creció y morirá.
Clava en ella con orgullo la bandera,
que chulesca ondea su idiotez al mundo entero.
Tal es su cortedad: más feliz cuanto más lejos se proyecta
la silueta de su sombra simiesca.

Entusiasmado con sus tontas gestas siempre está,
por esto se vuelve peligroso.
Y mandará que te fusilen si lo cree provechoso.
Debatir con sabios ni sabe ni puede ni le gusta.
Es en las marismas de las ideas donde se atasca.
Lo suyo es el marasmo de la mente obtusa y hueca.
El cruce de navajas con la mirada baja,
preferible por la espalda.

Cuando el ejército de inútiles publique un nuevo bando,
¡quédate quieto!:
tras él vendrá el toque de queda.
Los arrestos a diestro y siniestro,
más estos últimos.
Las detenciones e insultos en la acera.
Los juicios sumarísimos,
que siempre son resumidísimos.
Los finales de una era:
llámala justicia y libertad.

Cuando las llamas del aborregamiento devoren libros y bibliotecas,
¡echa a correr!
Seguirán por las chabolas, llegarán hasta tu casa.
Y te quemarán a ti:
se dieron cuenta de que eras más inteligente. Y lo peor:
que tienes tus ideas.

Cuando la hueste de imbéciles se hace con el poder,
demuestra que la democracia es una furcia malcriada
sobrealimentada titubeante e inmadura.
Pone marionetas de gobierno
Quita mentes privilegiadas que no hacen gracias a la audiencia.
La urna es una gran olla bien podrida.

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