martes, 20 de febrero de 2018

A COCES



A COCES


Sobre tu barriga mi mano posaste

por si sentir quería

la imprevista consecuencia de un rato en los lavabos

que ya nos daba pataditas.




El brillo de aquel episodio en el gimnasio

volvió a tus ojos de rabia:

a mi barriga lanzaste tu mejor patada.




En justa compensación

la misma te devolví yo con idéntica proporcionalidad.




El niño dejó de latir

Tú de llorar

Yo de esperar.

Estalló la bomba

de nuestro núcleo familiar.




Hasta las últimas consecuencias encarnamos la familia nuclear.











© CHRISTOPHE CARO ALCALDE

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