lunes, 26 de febrero de 2018

PLANEADORES



PLANEADORES





Cortan una lámina de agua en sus planeadoras de mínimo contacto con motores de máxima potencia.




Fardos de hachís como sacos de ropa vieja en el fondo de la lancha.

Paquetes de heroína envueltos como harina refinada entre las capas de poliéster.




El hachís para los no iniciados pobres jipis o románticos.

La heroína para expertos en consumo derrotados perdedores o simplemente traicionados.




Bajo precintos de papel plata en popa a buen recaudo, cocaína fina fina filipina. Otro manjar de las islas para videntes clarividentes o,

no tan simplemente,

pudientes.




Planeadores en definitiva del resto de competidores por similares demandas.




Cada usuario tiene su estilo cada clase su producto cada bolsillo su acceso.

Cada planeador su cliente.




Aseguran los incautos que vendrá la policía a detenerlos a todos.




Un juzgado bien traído al mal caso, imputará a unos cuántos.

Un juez bien instruido,

por aquellos planeadores con cargo,

hará un trabajo ejemplar condenando a unos pocos con singulares sentencias:

no más que cortinas de humo para cerrar el teatro.




El periodista con aspiraciones a prócer hará un mal reportaje que se venderá con gran entusiasmo.

La población respira aliviada con voluntad de querer ser nuevamente engañada.




Los planeadores,

sabiendo que todo vuelve a empezar, saborean con humo habano el natural entreacto



pues qué era el proceso sino un merecido descanso.


© CHRISTOPHE CARO ALCALDE

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