jueves, 25 de marzo de 2010

DISTORSIÓN

DISTORSIÓN


El panadero hace bollos en el baño.
El fontanero reparte ostias, consagradas,
colgado de un alero.

La vaca sagrada en ensalada.

El bombero dirige la estación de Kings Cross.
Y todo el mundo hace la cruz y se santigua.

Hay un psiquiatra esnifando fluoxetina en cada esquina
del colegio. Del colegio de médicos.
Apostólicos y apóstatas.

Militares atienden a enfermos en hospitales de campaña.
Han caído todos en la última campaña.
La que los militares dirigieron, digirieron y parieron.

Las monjas suicidas hacen sustituciones en burdeles
mientras el niño del chupete golpea a su madre hasta matarla.
¡Por santa, por puta. Maldita la hora en que me pariste al mundo!

En el metro yonkis reparten margaritas y dinero.
A los viajeros.
Éstos esnifan las margaritas y se inyectan el dinero.

El revisor, el maquinista, el policía, todos se tiran a la vía.
Es estrecha y no se deja.

Ya no para el camionero en los burdeles.
Ahora se refugia en las iglesias.
Ancianas sordas le consuelan porque ya nadie le aguanta.

Ha cambiado la ruta el vendedor de helados calientes:
abrió mercado más allá del polo sur.
Sur o norte, da lo mismo.
El sol no sale por ninguno.

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