domingo, 3 de abril de 2011

OENEGE


OENEGE


Amarrada está la flota de pescadores por temor al oleaje.
Barcos insignificantes convertidos en botes de juguete
cuando la mar se enfada y echa espuma.
Airada tal vez de tanto robarle lo que guarda.
Quitarle hasta no dejar nada.

La codicia del hombre, de algunos,
el hambre de muchos, la indiferencia de todos
vaciarán las reservas de un océano tras otro.
Como se vaciaron los montes bosques y selvas
de todo lo que pudo ser aprovechado.

No hay límites para los que agotan los recursos.
No hay gobierno interesado en poner freno.
Quizás en todo lo contrario: vaciar la despensa y hacer caja.
Aunque con todo ese dinero no quede nada que comprar.
Qué más da, muchos otros morirán primero.

Erró la evolución al dotarnos de esta mente operativa:
no hemos hecho una sola operación que ahora
a la evolución le sirva.

Vamos a matar palomas al campo. Jabalíes al monte.
Patos al lago. Todo lo que se mueva en los pantanos.
Que lo que no se come es alimaña. Así que,
¡muerte a la alimaña!

Hay que fomentar un nuevo voluntariado:
el de los hombres, y mujeres, que sirvan de tiro al blanco.
O negro. O amarillo. Que aquí no somos racistas
y el color nos da lo mismo.
Hay que restablecer el equilibrio,
y eliminar a todo aquel que de lo mismo.
Al que no ha demostrado que está aquí por algo.
Hay que poner orden como sea
y amarrar la flota para siempre.
Morir de hambre si fuera necesario
nuestro último acto generoso y solidario.

Hay que ser valientes. De una vez y para siempre.

No hay comentarios:

Publicar un comentario