lunes, 27 de mayo de 2013

CAMBIO DE TENDENCIA

CAMBIO DE TENDENCIA


Ya no invitas a nadie a tus fuegos de campamento:
barbacoas de jardín con amigos bebida y buena carne.
aquellos eran buenos tiempos. Y ellos, parecían amigos.
Todo pasó sin saberlo, ni tú ni los demás:
cuando creíais en una felicidad sencilla y duradera.
Sin más pretensiones que una mesa abastecida y agradable compañía.
Productos de la tierra, nada de importación pues tampoco se pretendía,
y tardes para regalarte el tiempo que fuese necesario.
Vino de crianza cerveza fría: antidepresivos naturales para un estrés tolerable.
Carbón vegetal brasas abundantes aceite de oliva virgen extra:
olor a satisfacción, humo que se disipa como la felicidad.
Puritita vida de contemplación en los años pacíficos del ciudadano medio.
Tal vez, ¿sin clase?

Apenas un lustro ha bastado para cambiar el jardín por un refugio.
Salvavidas.
Bunker antidesastres en el que te ocultas cada día
de estos que pasan sin clemencia.
Al abrigo de un tornado empeñado en no dejar vida en pie.
Seremos arrastrados o viviremos arrastrados. Tal vez como gusanos.

Atrás quedó todo disfrute prescindible. Por superfluo hoy te dices.
Por innecesario te conformas.
Quizás por no poder pagarlo.
Hoy para beber lo indispensable: agua de grifo.
Para comer lo justo: pasta legumbres y patatas.
Para celebrar lo mínimo: ¿qué tal el hecho intrascendente
de que aquí seguimos vivos?
Aunque solos.

Ya no vienen los amigos, que no hay fiestas de guardar
ni con qué viandas hacer.
O no se acercan por temor a lo que vayas a pedir.
Ya no hay el descanso merecido del guerrero en su castillo.
Hoy estamos todos sitiados por un enemigo más invisible y poderoso
que el dios al que reclamas unos minutos de alivio.
Un mero gesto de respiro un descanso en la batalla un alto en el castigo.
En vano añoras aquel tiempo ya pasado. No volverá.

Resígnate o muere en el intento.



© CHRISTOPHE CARO ALCALDE

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