jueves, 23 de mayo de 2013

GOTA FRÍA


GOTA FRÍA


Vivimos como nos dejan malvivimos como podemos.
En solitario remamos nuestras balsitas de goma:
una y otra vez volcadas por la tempestad de los tiempos.
Una y otra vez arriba que hay que aguantar casi ahogados.
Al final de la mirada el horizonte, que nunca alcanzamos.
En la distancia corta, las rocas contra las que, en caso de duda,
estrellarnos. No lo llames suicidio llámalo accidente que  
para el gobierno, es más conveniente.

Aplastada está nuestra insignificancia contra el parabrisas
del avión que traslada al poder supremo como dios en los cielos:
los que gobiernan el mundo lo observan desde su firmamento
y nunca pisan el suelo. Quizás por temor a caer muertos de espanto.

¿Y qué hacíamos nosotros ahí arriba?
Nos dijeron cuando niños que podíamos volar alto:
sólo era cuestión de esfuerzo.
Nos convencieron años más tarde de las oportunidades para todos
y los sueños posibles: sólo era cuestión de proponérselo.

Ya mayores, las legítimas ambiciones nos empujaron a volar alto:
otra vez el niño soñando a ser alguien queriendo ser grande
buscando su lugar en algún lugar alejado del mundo.
Ahí donde no hay nadie, quizás sí puedas ser alguien.

Es el espacio aéreo zona reservada:
para los que viajan en Jet que nos mean encima. Y a carcajadas nos gritan:
¡Eh, debéis estar contentos! ¡Mirad, por fin llueve!

Sobrevivimos como podemos tragamos lo que nos cae.
Bebemos alegres esta lluvia del cielo.



© CHRISTOPHE CARO ALCALDE

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