martes, 14 de mayo de 2013

MUNDO SUBMARINO


MUNDO SUBMARINO


Desde que caí en el alcohol ya no es la misma mi vida.
Me siento entumecido,
paralizado diría ante el mundo que a mi alrededor gira.
Y gira y gira mientras yo no me muevo atontado.
Parece que estuviera muerto.

Adiós a la vida en el campo, a correr, sentir el sol en la piel
cargándome de energía. La brisa de la mañana, la lluvia fresca.
Las tormentas sin tiempo para esconderse.
A ti. Adiós también a ti, compañera.

He perdido el olfato. Los ojos los tengo vítreos. Lo oídos tapados.
Reconozco que estoy prisionero por culpa de la botella.
La reflexión de la luz hace que vea todo distorsionado.

Adiós familia. Adiós amigos. Echo de menos incluso
a quienes fueron competidores. Huir de ellos o perseguirlos.
Añoro olfatearnos, mi amor. Y enroscados rodar por el suelo.
Subir a los árboles saltar de piedra en piedra. Mirar volar a las moscas.
Disfrutar del desierto y el bosque.

Yo, que de ríos y charcos huía por temor a morir ahogado,
en un líquido ardiente y desagradable sumergido me paso el día.
A esto lo llaman alcohol. En él vivo.
Vivo pero no vivo es sólo que me conservo. Pues el alcohol
antes de matar desinfecta.

¿A quién quiero engañar? Siento que estoy más que muerto.
Que es una mierda esta vida que no gobierno.

A toda la eternidad atrapado, condenaba yo al imbécil
que tuvo la tonta idea
de inventar el licor de lagarto.




© CHRISTOPHE CARO ALCALDE

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