viernes, 20 de julio de 2012

NOTICIAS




NOTICIAS


Hoy soñé un sueño hermoso. De esos que te alegran el día.
Bueno, la noche porque era de madrugada.
La hora callada del campo donde huyen los humanoides
y viven los animales.

Soñé que nos armábamos de valor, y rabia.
Y algo de venganza, también puede ser.
Pero venganza que es necesaria cuando lo que busca es justicia.
Salíamos a la calle a recuperar nuestras vidas. A poner orden
en este indecente desorden.
Para lograrlo, repartíamos hostias a pares.

Sin convocatoria previa y por generación espontánea,
de esta generación anulada,
tal vez producto aprovechable de la repulsión momentánea
por tanta persecución colectiva
formábamos la tropa más variopinta que por aquí se haya visto.
Aburrido y monocromático que se ha vuelto este mundo ordenado:
por el orden y por obediente.

Armados con escobillas sartenes cazuelas y sillas
montamos un estruendo que no dejó un alma en la cama.
Tanto es el descontento que incluso al frente formando filas
podíamos ver al ejército. Encabronado que está de tanto payaso
diciéndonos “a callar todo el mundo”.
Y aquí callar solo callan los que ganan, que son pocos
y a algunos no se les ve, pero trincan lo de todos.

Hemos tomado el parlamento por la fuerza.
Por la fuerza de las cosas
que torna inevitable lo que ayer parecía imposible.
Al gobierno y a su cuadrilla de ineptos hemos enviado al trullo:
a pensar más, es lo suyo.
A la corona a Suecia.
Acostumbrados que están a pasárselas de mano en mano
que ya le han perdido el respeto a las coronas los suecos.
Tenemos que ir aprendiendo.
No puede haber mejor sitio para los reyes de turno
y sin ningún otro oficio.
A los jueces a servir en las cárceles. Que conozcan en vivo
cómo viven sus sentenciados.
Así, gobierno jueces y juzgados harán terapia de grupo:
los que inventan las leyes, los que las aplican y quienes las sufren,
se intercambien los papeles.

Hemos mandado a la iglesia a trabajar por los pobres. A pedir,
¡y dárselo!
Acostumbrados que están a quedárselo.
A la prensa le hemos cambiado el dueño: ahora somos los de las cazuelas
quienes le ordenen que digan…
Que cuenten lo que de verdad ocurre.
Y no vamos a pagar por ello.
Que enseñen el cepillo que le hemos quitado a la iglesia
y vivan de los donativos del pueblo:
por cada moneda una historia. ¡Ésta sí que será verdadera!

Hemos devuelto lo robado a todos los funcionarios,
sin olvidar que lo ocurrido ha sido sólo un aviso
de que aquí nadie está seguro.
A los cuerpos de seguridad le hemos completado el nombre:
De Seguridad Ciudadana.
Y cambiado cometidos:
Proteger al ciudadano de todo poder conocido. El verdadero enemigo.
Los bancos hemos vaciado de personal con cargo,
opciones preferenciales y preferencias de encargo.
Puesto en una cuenta única lo que nos han saqueado y,
creado por fin, el banco del pueblo. Damos créditos a bajo precio
con pocas condiciones: la primera la solidaridad de la idea,
seguida por la escasez y la urgencia.

Hemos reducido impuestos a lo estrictamente necesario:
eliminando altos cargos senadores congresistas eurodiputados
prebendas exclusivas tratos especiales servicios discrecionales
y dotación personal de esclavos,
hemos descubierto que para nuestra sorpresa,
despedido todo lo que sobra,
lo que ahora nos sobra es dinero.
Con él no haremos estadios ni monumentos a la desfachatez
ni museos vacíos ni plazas de diseño ni puentes de autor
ni circuitos donde para disfrutarlos, no se exija una carrera,
ni ciudades de ciencias de cultura o de música,
hasta que en las ciudades donde viven personas puedan de verdad
vivirlas.
Pondremos escuelas en pueblos, más consultorios rurales.
Cultura de barrio, disciplina y trabajo.
Y con esto no hacemos nada nuevo.
Los servicios sociales, los justos y necesarios.
Más ayudarse a uno mismo y menos vivir del cuento.
Basta de oenegés, que todo lo que ellas hacen lo debe hacer el gobierno.

Estando en este momento afrodisíaco y dulce
de reorganizar el sistema al completo
sonó el despertador:
una radio reloj japonesa made in china comprada de segunda mano.

“Seis de la mañana, noticias: Reunido en sesión de urgencia el nuevo gabinete
aprueba su sexto paquete de contramedidas en dos semanas. El presidente afirma
que será un duro ajuste pero inevitable, y que nos ayudará a salir de la crisis. A
partir de las doce de la noche bajarán sueldos subirán impuestos aumentará el
precio de los servicios básicos se reducirán las asistencias a domicilio queda eliminado…


No hay comentarios:

Publicar un comentario