viernes, 22 de junio de 2012

DIAPOSITIVADO






DIAPOSITIVADO


Laureano entusiasmó a los presentes con su llamada a la solidaridad
para un mundo peor.
En su discurso lleno de sobresaltos, insultos,
exaltaciones de la mediocridad y el mal hacer
cautivó a personajillos necesitados de un líder populista y analfabeto.
Que confundiera las malas maneras y la verborrea de alcohólico
con el arte de hacer política del engaño y la sugerencia manipuladora.
Bien pagado de sí mismo con el dinero de todos
rechazó intervenciones de una audiencia sumisa de antemano y proclive
tanto al desentendimiento como a la buena costumbre de no hacer preguntas.
Y asentir con la cabeza lo mismo que los pies:
confundiendo ambos extremos del cuerpo en su orden de importancia.

Arropado por un barato soporte técnico de proyección de diapositivas
en baja resolución,
al objeto de que la mala calidad de las imágenes ocultara la ausencia de contenidos,
y que con gran dificultad podía manejar,
Laureano se hizo pasar por el orador que no era
trató de demostrar unos conocimientos que no tenía
y confundió el silencio de unos oyentes adormilados con la aceptación
de sus postulados.

En una maniobra sin precedentes, obtuvo el favor de la prensa
y el beso baboso de las televisiones provincianas.
La ridícula plataforma mediática, ansiosa de vender títeres al mundo
para poder manipularlos, le lanzó a las más altas cotas de popularidad.
Arropándolo en los momentos delicados
ocultando vilezas diarias
y exagerando unos logros por Laureano nunca conseguidos.

Una vez en la punta de un iceberg en avanzado estado de deshielo
lanzó su candidatura a la presidencia mundial.
Como respuesta:
la masa de votantes frustrados con la política
decepcionados con sus partidos habituales
cabreada con el sistema
antisistemas y rabiosos en general
le apoyó sin meditarlo.
En conclusión:
Laureano llegó a presidente.

Gobierna hoy desde la cárcel por miedo a un atentado.
Entre barrotes con mano de hierro.
Ha mandado fusilar a más de cincuenta millones de personas.
Los primeros: intelectuales y sabios.
No era tan tonto, después de todo.

En su jefatura de gobierno tiene oligarcas, corruptos y ladrones en general.
Y sí, Laureano cumplió su promesa:
es hoy el mundo un lugar peor.

Con toda probabilidad se perpetuará en el poder:
todos contentos.

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